jueves, 16 de octubre de 2014

El cobarde (Kapurush, 1965) de Satyajit Ray



"El miedo sólo sirve para perderlo todo"

Manuel Belgrano


Amitabha Roy (Soumitra Chatterjee) es un joven guionista de Calcuta que ha emprendido un viaje por todo el país con tal de documentarse para su próxima película. Cuando su vehículo sufre una avería en una pequeña ciudad, Bimal Gupta (Haradhan Bannerjee), un prospero empresario plantador de té, se ofrece para cederle una habitación para esa noche. Al presentarle Gupta a su esposa Karuna (Madhabi Mukherjee), Amitabha reconoce a la mujer que amó tiempo atrás.


La sorpresa del protagonista al encontrarse con Karuna es mayúscula. De repente, la nostalgia y los remordimientos le golpean con toda su fiereza y empieza a recordar los momentos que vivió junto a su amada. Así, descubrimos su turbulenta relación de amor, condicionada por la situación familiar de ella. Sus familiares repudiaban a Amitabha y ante la disyuntiva de elegir entre la estabilidad de un buen futuro profesional y económico o iniciar una nueva vida con el amor de Karuna pero en la pobreza, el protagonista actuó con miedo -de ahí el título del filme. Fuertemente arrepentido, Amitabha tratará de convencer a Karuna para que abandone a su marido e inicie, ahora sí, una nueva vida con él.

Pese a la sencillez del argumento, consistente en el triangulo amoroso ya expuesto, Satyajit Ray construye un soberbio estudio sobre las oportunidades perdidas. El personaje principal -con quien resulta difícil no empatizar- está brillantemente interpretado y los distintos recursos cinematográficos que emplea Ray -zooms, planos secuencia, flashbacks, etc.- dotan al filme de una riqueza formal incuestionable. 


En poco más de una hora, el maestro hindú consigue conjugar todos los elementos y ofrecer un retrato de los sentimientos humanos digno de mención. Para la mayoría de cineastas seria necesario un metraje el doble de largo para llegar a reflejar la mitad de emociones humanas. He ahí la grandeza de este formidable cineasta. 

Muchas son las escenas que deja Kapurush para el recuerdo: el encuentro inicial entre los dos hombres en el taller mecánico -donde Ray muestra su habilidad con la cámara y los espacios-, los emotivos recuerdos de un sufrido Amitabha -la ruptura con Karuna, sus primeros encuentros en la universidad etc.- o el picnic en el campo y la metáfora del cigarrillo que se consume -simplemente genial, puro cine.


Nuestra intención aquí es la de reivindicar un filme injustamente olvidado. Si El cobarde fuera una producción estadounidense y estuviera protagonizada por dos estrellas de Hollywood, no duden que hoy seria considerada un clásico ineludible.

No se puede hacer más con menos, Kapurush es una brillante y cercana obra de arte. Al ver un filme de Ray, uno siente que le están hablando directamente al corazón. Pueden ustedes tener la certeza de que están ante el trabajo de uno de los mayores cineastas del Siglo XX.



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