Alfred Hitchcock nació en Leytonstone (Londres), Inglaterra, el 13 de Agosto de 1899, y falleció en Bel-Air (Los Ángeles, California), EEUU, el 29 de Abril de 1980. En este periodo de tiempo, llegó a convertirse en uno de los cineastas más populares del mundo, y a ser considerado unánimemente como el gran maestro del cine de suspense e intriga.
En el mundo del cine no es sencillo -y menos aún habitual- que se forme un consenso acerca de una figura determinada. Esa es posiblemente la mayor de las grandezas de Alfred Hitchcock, el haber alcanzado tal nivel de perfección técnica y de planteamiento en su trabajo que hoy es considerado sin discusión el director idóneo para un guión de suspense. ¿Alguien duda que el director británico dirigiría mejor una determinada historia de intriga que cualquier otro?
La clave de todo esto se halla en que el inglés fue único a la hora de comprender al espectador, y a su vez, de pensar en él. Cuando se colocaba tras las cámaras, lo que más le preocupaba era lo que pensaría el espectador al ver esa escena, secuencia o plano. Este razonamiento orientado al público es el motivo principal de su éxito, aunque durante mucho tiempo le condenara a ser mal visto por la crítica cinematográfica.
Con los años, esto cambiaría, y hoy es considerado en su justo lugar tanto por el espectador medio como por el especializado. La capacidad de Hitchcock de encandilar a ambos sectores de la audiencia es una de sus consecuciones más admirables.
La carrera del realizador se inicio en su estado natal y en el periodo silente. Pese a ello, no fue hasta los años 30 que empezó a ganarse cierta reputación y a rodar films de categoría. En 1940 se marchó a los Estados Unidos para trabajar en Hollywood, donde realizó sus obras más aclamadas en una extensa carrera de basta producción que concluyó nuevamente en el Reino Unido y que cuenta con un total de 53 filmes.
Además de estos, inició una exitosa carrera en el mundo de la televisión con sus series de suspense "Alfred Hitchcock presenta" y posteriormente, "La hora de Alfred Hitchcock". Pero de ello hablaremos en la próxima entrada.
Tratando ahora de forma más concreta el trabajo de Hitchcock, hay que destacar dos aspectos más: En primer lugar su perfecta planificación. El director londinense trabajaba de forma exhaustiva los guiones de sus películas, y antes de iniciar los rodajes dibujaba con exactitud cada uno de los planos que quería conseguir. Su origen como dibujante le permitía preparar así lo que en el plató seria simplemente la reproducción de las imágenes que él mismo había ideado. En segundo término, hay que hacer mención de la magnífica puesta en escena de todos sus trabajos. A menudo, las imágenes hablan por si solas, y Hitchcock consigue crear el suspense sin hacer uso de los diálogos. El espectador no puede distraerse de lo que ocurre en pantalla, pues permanentemente se está preguntando que va a ocurrir a continuación.
En cuanto a las temáticas que encontramos en su cine, se puede argüir que resultan reiterativas; la intriga de espías, el hombre inocente acusado de un delito que no ha cometido, la búsqueda de un crimen perfecto... En realidad, bajo su apariencia cínica, Hitchcock era un sentimental, y lo que hacía en su trabajo era trasladar a los demás los que eran sus temores y obsesiones.
Como sabrán, en su largo periodo laboral, el maestro del suspense trabajó con un buen numero de las mayores estrellas del Hollywood de la época. Entre ellos encontramos nombres como Cary Grant, Ingrid Bergman, James Stewart, Grace Kelly o Joseph Cotten, entre otros.
Para concluir esta breve aproximación a la figura y al cine de Alfred Hitchcock, decir que en 1979 le fue otorgado por parte de la reina Isabel II del Reino Unido el título de Sir, igualándolo así al otro gran genio del cine británico, Sir Charles Chaplin.
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