A mediados del siglo XVIII surgió el clasicismo, un nuevo estilo musical con la idea de sostener la claridad, la moderación y el equilibrio en las composiciones, tratando así de conseguir la pieza perfecta.
Aunque se trate del periodo más breve, ocurrió entre grandes cambios sociales y políticos, como la revolución industrial, la colonización y el surgimiento de una clase media interesada por el arte.
Los valores estéticos de éste evolucionaron gracias al descubrimiento de las ruinas de Pompeya en 1748, mostrando a Europa la simplicidad y elegancia de la cultura griega y romana de la edad antigua.
Los compositores del clasicismo temprano buscaban un estilo con una melodía simple acompañada de una sucesión de acordes. Las antiguas polifonías, melodías ornamentadas y sobretodo la técnica del bajo continuo del barroco quedaron prácticamente olvidadas.
Los susodichos eran contratados por la nobleza, pero eran considerados como sirvientes hasta que los conciertos públicos empezaron a ser accesibles para el ciudadano medio, permitiendo así que los músicos empezaran a ganar dinero y fama con sus interpretaciones y composiciones.
Poco a poco la música instrumental se hizo más popular que la vocal y los compositores empezaron a desarrollar gran cantidad de formas musicales. Inicialmente, el resultado fue el principio de sonata, una estructura musical de tres secciones que derivó en los primeros movimientos de sonatas, sinfonías y de prácticamente toda la música instrumental de la época.
Como puente entre el barroco y el clasicismo se encuentra C.P.E. Bach, hijo de J.S. Bach, cuyo estilo expresivo y sutil sentó las bases de este nuevo periodo, sobretodo perfeccionando la sonata.
Pero gran parte del trabajo se desarrolla primordialmente en las manos de W.A. Mozart y Haydn, quienes intentaron romper las formas definidas de la música anterior. Beethoven fue el tercero más importante, pero ya hablaremos de su trabajo en la próxima entrada.
Para explicar la evolución de la música instrumental nos centraremos en sus trabajos principalmente:
1 – Música para teclado: El Clavecín se ve totalmente eclipsado por el pianoforte (actualmente llamado únicamente piano). Estos 3 compositores concibieron sonatas, fantasías, arietas, caprichos, suites y bagatelas para el instrumento. Desarrollaron en los movimientos de sus obras melodías fácilmente recordables y cantables (en el barroco la mayoría de melodías son difícilmente cantables por su complejidad) como si se tratara de un texto transcrito al lenguaje del instrumento.
2 – Música de Cámara: El Cuarteto de cuerda llega a su madurez gracias a Haydn, sus modelos fueron utilizados por Beethoven y Mozart en sus primeros cuartetos. Después de muchas composiciones consigue obtener un equilibro entre parejas de instrumentos -anteriormente el violín era el instrumento solista por excelencia y los demás instrumentos por lo general se limitaban a acompañarlo (Las cuatro estaciones de Vivaldi es la gran excepción). Mozart consiguió aumentar considerablemente la carga dramática de sus cuartetos y compuso unos en los que el cello era el solista. A partir del cuarteto se creó el trio, el quinteto y también se introdujo el piano en estos conjuntos nombrados.
3 – La Sinfonía: A través de Haydn y Mozart se puede apreciar toda la evolución del género. Haydn, con más de 100 sinfonías en su repertorio, consiguió lo que hoy calificamos como “clásico”. Variedad, equilibrio, maestría y sencillez son las palabras que usamos para describir sus 12 sinfonías para Londres (las más elevadas). Su evolución sinfónica se caracteriza también por la ampliación de las dimensiones de las obras, cosa que Beethoven seguirá haciendo hasta su última sinfonía.
Mozart sigue una evolución parecida a la de Haydn, pero sus últimas sinfonías (39,40,41) alcanzan una grandiosidad muy superior, pues se pueden apreciar los indicios del romanticismo en ellas.
En el campo de la música vocal se perfeccionó la ópera y surgieron las primeras del género en alemán. También apareció la ópera bufa (obra cómica, que requiere pocos recursos para su ejecución). El terreno sacro pasó a un segundo plano, pero las composiciones dentro de este género siguen siendo más que excelentes, sobre todo el celebérrimo e inacabado Réquiem de Mozart, la obra maestra indiscutible del clasicismo y uno de los mayores logros musicales de la humanidad.
Finalmente decir que la aristocracia europea no podía mantener a los artistas por culpa de las guerras napoleónicas y el mecenazgo empezó a caer. Fue así como los artistas empezaron a trabajar por su cuenta y se vieron con la libertad de crear la música que ellos sentían, no la que sus amos pedían. Así surgió el Romanticismo.
Compositores más importantes del periodo y su mayor obra
Christoph von Gluck (1714-1787): Ópera "Ifigenia en Taúride"
Carl Philippe Emanuel Bach (1714-1788): Sinfonía en mi bemol mayor WQ179
Franz Joseph Haydn (1732-1809): Sinfonía No. 104 "Londres" y Oratorio "La Creación"
Muzio Clementi (1752-1832): "Gradus ad Parnassum"
Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791): Réquiem, Opera "Don Giovanni", Concierto para piano No.21 y Sinfonía No.41 "Jupiter"
Ludwig van Beethoven (1770-1827): Sinfonía No.3 "Eroica" (del periodo clásico)
Louis Spohr (1784-1859): Concierto para violín No.8 en la menor Op.47
Carl Philippe Emanuel Bach (1714-1788): Sinfonía en mi bemol mayor WQ179
Franz Joseph Haydn (1732-1809): Sinfonía No. 104 "Londres" y Oratorio "La Creación"
Muzio Clementi (1752-1832): "Gradus ad Parnassum"
Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791): Réquiem, Opera "Don Giovanni", Concierto para piano No.21 y Sinfonía No.41 "Jupiter"
Ludwig van Beethoven (1770-1827): Sinfonía No.3 "Eroica" (del periodo clásico)
Louis Spohr (1784-1859): Concierto para violín No.8 en la menor Op.47
Fuentes Bibliográficas
Marie-Claire Beltrando-Patier. (1996). Historia de la Música, La música occidental desde la Edad Media hasta nuestros días. España: Espasa Calpe S.A.
John Burrows. (2006) Música Clásica. España: Espasa Calpe S.A.
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