martes, 10 de junio de 2014

Teatro: Hamlet, de William Shakespeare


Hablar de Hamlet es hablar de una de las historias más universales y uno de los mejores libros jamás escritos. Esta obra de teatro, su obra maestra, catapulto a William Shakespeare (no por no tener otros grandes méritos a sus espaldas) al olimpo de la literatura Inglesa y universal. 

La historia se basa en una leyenda danesa del siglo XII que cuenta la historia de Amleth, príncipe de Jutlandia. En ésta la única variante es un final feliz en el que Hamlet sale victorioso.

Centrémonos en el argumento. El rey de Dinamarca y padre de Hamlet ha muerto y su lugar en el trono es ocupado por su hermano Claudio, el cual se casa con la antigua reina. Entonces, el protagonista recibe la visita del espectro de su padre, y éste le explica que fue asesinado por el nuevo rey y le reclama venganza a Hamlet siempre y cuando éste no dañe a la Reina.

Hamlet planea la venganza junto a 2 guardias y su amigo Horacio. Para llevar a cabo su plan se hace el loco. Poco a poco el plan irá segando las vidas de los personajes de la historia, incluso la de las personas que él más quiere.


Las interpretaciones no suelen llevarla entera a escena, ya que es la obra más larga de Shakespeare y supone un desafió tanto para los intérpretes como para el público. Por esto se considera Hamlet la obra más personal del autor, ya que no es nada práctica como obra de teatro y a que poco a poco la fue alargando en el transcurso de su vida. Aun así no se asusten, las obras de Shakespeare tienden a ser muy breves y amenas.

Según varios psicoanalistas, el protagonista presenta el complejo de Edipo. Es culto, astuto, noble, religioso, apasionado, egocéntrico e inmaduro. Para él el mundo está podrido y se ve obligado a hacerse pasar por loco para sobrevivir y poder llevar a cabo sus planes. Aparece, según mi opinión, como una personificación de la justicia. Hamlet quiere vengar a su padre, pero hay una dualidad que le tortura: vengarse o no vengarse, ser o no ser, la duda. Esto lleva a uno de los monólogos más famosos de la historia.

“Ser o no ser, he aquí la cuestión. ¿Qué es más digno para el espíritu, sufrir los golpes y dardos de la insultante fortuna o tomar armas contra océanos de calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellas? Morir..., dormir; no más ¡Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y al los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne! ¡He aquí un término devotamente apetecible! ¡Morir... dormir, tal vez soñar! ¡Si, ahí está el obstáculo! Pues es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevivir en ese sueño de la muerte, cuando nos hayamos liberado del torbellino de la vida. ¡Esta es la reflexión que da tan larga vida al infortunio! Pues ¿Quién soportaría: los ultrajes y desdenes del mundo, los agravios del opresor, las afrentas del soberbio, los tormentos del amor desairado, la tardanza de la ley, las insolencias del poder y los desdenes que el paciente mérito recibe del hombre indigno, Cuando uno mismo podría procurar su reposo con un simple estilete? ¿Quién querría llevar tales cargas, Gemir y sudar bajo el peso de una vida afanosa, Sino fuera por: Temor a algo tras la muerte, la ignorada región de cuyos confines ningún viajero retorna, Temor que desconcierta nuestra voluntad y nos hace soportar los males que nos afligen antes de lanzarnos a otros que desconocemos? Así la conciencia nos vuelve cobardes a todos y así los primitivos matices de la resolución desmayan en el pálido tinte del pensamiento, y asì empresas de gran importancia, por estas consideraciones, tuercen su curso y pierden el nombre de acción. Pero... ¡la hermosa Ofelia! Graciosa niña, espero que mis defectos no serán olvidados en tus oraciones.”
A diferencia de Drácula, este clásico si que cuenta con varias adaptaciones cinematográficas notables. Entre otras la de Laurence Oliver, la de Grigori Kozintsev o la de Kenneth Branagh, la única de ellas que adapta íntegramente el texto.

Una obra muy compleja y rica en sentimientos y reflexiones. Debería ser un crimen no leer esta obra al menos una vez en la vida. IM-PRES-CIN-DI-BLE.



0 comentarios:

Publicar un comentario