Cuando el clásico Imperio Romano se divide en dos, creándose así el Imperio Romano de Occidente y el Imperio Romano de Oriente, otras ciudades aparte de Roma y Rávena empiezan a ganar protagonismo. El emperador Constantino derrota a su rival de la parte oriental y se hace con todo el poder. Funda una nueva ciudad en el año 330 d.C en la antigua Bizancio, llamada ahora Constantinópolis o Constantinopla (actual Estambul). Pasa a ser la nueva capital del Mediterráneo y el emperador organiza todo un programa de construcción de iglesias tras haber declarado la libertad de culto para los cristianos en el Edicto de Milán unos años atrás. Esta fiebre constructora no paró en varios siglos.
Además de la famosa basílica de Santa Sofia, existen otras iglesias de época bizantina a destacar en Estambul. Una de ellas es ésta, la antigua basílica de San Sergio y San Baco, transformada en mezquita durante el imperio otomano. Es conocida como la Pequeña Santa Sofía y fue construida a encargo del emperador bizantino Justiniano entre los años 527 y 536. Es una iglesia verdaderamente peculiar pues además de tener una única cúpula central, su planta se compone de un octógono en un cuadrado y un solo ábside. Su interior destaca por la exquisitez material, con jaspes y mármoles de colores. Algunas columnas son verdes y otras blancas pero ambas tienen capitel en forma de cesta. En general, todos los elementos decorativos demuestran la influencia clásica.
En el interior hay una doble columnata de dos pisos. En ella encontramos un poema en griego dedicado a Justiniano, su esposa Teodora y a San Sergio, santo de los soldados romanos. Muchos de los capiteles de las columnas llevan aún los monogramas del emperador y su mujer. La decoración original se perdió y lo que vemos ahora es una decoración árabe de tonos azules, blancos y dorados. Hay también grandes letras en árabe que decoran las distintas particiones de la cúpula.
Tras la caída del Imperio Bizantino en 1453, para muchos el fin de la Edad Media, la iglesia permaneció intacta hasta el reinado del sultán Beyazid II. Entre los años 1506 y 1513 el templo fue transformado en mezquita por Huyesin Aga, jefe de los Aghas, grupo que custodiaba una de las puertas del Palacio Topkapi, residencia del sultán. A partir de este momento el edificio sufrió graves problemas a causa de los terremotos, la humedad, una línea de ferrocarril cercana y su uso como casa de refugiados en la Guerra de los Balcanes. Después de pasar a la lista de monumentos en peligro de la Unesco y una larga restauración, en 2006 se abrió de nuevo al público y al culto.
San Sergio y San Baco fueron unos importantes militares en la época del emperador Maximiniano al principio del siglo IV. Dirigían la escuela de los gentiles en el palacio imperial y eran muy valorados pero fueron martirizados cuando se descubrió que eran cristianos. Se les encadenó y se les llevó al gobernador Antíoco para que fuera él el que les castigara. Baco fue golpeado hasta la muerte y Sergio tuvo que correr dieciocho millas con unos zapatos que tenían claves hacia dentro, por lo que atravesaron los pies del santo. Después fue decapitado. Estos martirios se produjeron en los momentos de mayor persecución de los cristianos.
La estrecha relación entre ambos santos ha llevado a pensar que tenían algún tipo de relación sentimental pues además se ha visto que en los textos se les describe como erastai, en griego, amantes. John Boswell, historiador de la Universidad de Yale, considera su relación con un ejemplo de las parejas homosexuales que existían en los inicios del cristianismo, reflejando así la tolerancia primigenia de la religión. Este historiador ha señalado decenas de manuscritos que narran los rituales religiosos matrimoniales de la Edad Media entre personas del mismo sexo. Ha recorrido todas las grandes bibliotecas europeas y ha encontrado 80 manuscritos originales de ceremonias gays en las que se invoca a San Sergio y San Baco como protectores.
San Sergio y San Baco. Icono del siglo séptimo en el monasterio de Santa Catalina en el Monte Sinaí, en Israel.
San Sergio y San Baco de Robert Lentz. Es un pintor de temática religiosa y fue franciscano de rito bizantino católico en Estados Unidos. Tanto él como su ayudante declararon ser gays y se le considera un activista de los derechos homosexuales a través de su arte.
Aunque el debate sigue abierto y algunos historiadores no están de acuerdo con las teorías de Boswell, es cierto que muchos de los homosexuales católicos y ortodoxos han aceptado los resultados de su estudio y veneran a los santos por la particularidad de su historia. Tanto en Estados Unidos como en Europa se les considera los santos patronos de las relaciones entre hombres y muchas bodas entre homosexuales se celebran bajo su protección.
0 comentarios:
Publicar un comentario