miércoles, 20 de mayo de 2015

Compositores Clásicos: Franz Joseph Haydn


"No había nadie cerca para confundirme,
 así que fui forzado a ser original"


Franz Joseph Haydn  fue un compositor austriaco nacido en 1732 -en pleno barroco- y fallecido en 1809 -cuando aparecían las primeras señas del romanticismo. Es considerado uno de los más influyentes músicos de la historia junto con Giovanni Pierluigi da Palestrina, Claudio Monteverdi o Richard Wagner, entre otros.

La basta obra del compositor (1195 composiciones) fue clave en la evolución del estilo clásico. Compuso generalmente de forma autodidacta y en casi todos los géneros y formas musicales del momento, aunque su mayor contribución fue a la música instrumental, estableciendo los estándares de la sinfonía, la sonata y el cuarteto de cuerda que tanto servirían a su amigo Wolfgang Amadeus Mozart y a su alumno Ludwig van Beethoven para sus obras tempranas.


Nacido en una familia humilde, Haydn recibió educación musical elemental al presentar un prometedor futuro gracias a su excelente voz. Cantó durante 9 años en el coro de la catedral de San Esteban de Viena hasta que, al madurar ésta, fue despedido. Entonces sobrevivió tocando en conjuntos y enseñando música.

Estudió leyendo tratados sobre música, hasta que la cantante Nicola Porpola le ayudó a perfeccionar sus habilidades de compositor. Después de conocer a gente influyente, fue nombrado director de música del conde Morzin en 1759 y a los dos años, gracias a su primera sinfonía, fue segundo maestro de capilla de la corte de los Esterházy (rica familia Húngara).

Durante los siguientes 30 años, Haydn fue apoyado por los Esterházy, concretamente por Nicolás Esterházy, el mecenas más importante del compositor, de quien recibió todo lo necesario para desarrollar su arte. Llegaron a proporcionarle su propia pequeña orquesta, con la que compuso un extenso catalogo de composiciones, entre ellas sus notables sinfonías de París o la importante obra sacra instrumental "Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz". Aún con todas las facilidades que pudiese desear, Haydn tenía la responsabilidad de componer música para cada ocasión, dirigirla e interpretarla con miembros de su orquesta personal y montar óperas y conciertos varias veces por semana.

En 1790 murió Nicolás, y su sucesor, sin gusto por la música, despidió a todos sus músicos. Tras esto, el compositor aceptó una oferta de un empresario musical alemán para viajar a Inglaterra y dirigir sus nuevas sinfonías con una gran orquesta, cuyos conciertos recibieron una asistencia masiva. Sus viajes a Inglaterra serían reiterados, componiendo más adelante su ciclo definitivo "Sinfonías de Londres", y el cuarteto Reiter. Entre visitas, también dio clases de contrapunto a Ludwig van Beethoven en Viena, aunque éste se mostró insatisfecho con Haydn como profesor.


Finalmente, en 1795, el compositor decidió quedarse en su tierra natal hasta su muerte y se dedicó a la composición de obras sacras para coro y orquesta, después de quedarse maravillado con obras como el Mesias de Georg Friedrich Handel. De entre éstas compuso los oratorios "La Creación" y "Las Estaciones". En su etapa final vienesa también creó música instrumental, como el famoso concierto para trompeta y orquesta y los últimos cuartetos de cuerda, de donde surgió el actual himno de Alemania.


En 1802 su salud se deterioró por una vieja enfermedad y le impidió componer más, lo cual significó un golpe muy duro para él, que reconoció que en su mente las ideas de nuevas obras fluían con facilidad.

Haydn murió a los 77 años de edad mientras su ciudad era atacada por las tropas de Napoleón Bonaparte. Fue enterrado en el cementerio del suburbio donde había vivido y dos semanas después tuvo lugar un servició fúnebre en el que se interpretó el Réquiem de Wolfgang Amadeus Mozart. En 1932, Paul Esterházy le construyó un mausoleo de mármol en la iglesia Bergkirche, en Eisenstadt.




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