• Hay que estar bien alerta con todo intento de enmarcar un conflicto como es en este caso el de género, especialmente si se trata de uno con apariencia progresista.
  • La trabajadora actual vive en un mundo globalizado, víctima de la precariedad laboral y solo pudiendo sentirse parte de un proceso económico, sin una identidad cultural a la que aferrarse.
  • El sexo, el género, binario o no binario, fluido... tras el auge de luchas como la feminista o por la libertad sexual, muchas han sido las realidades de este tipo que se han puesto sobre la mesa.
  • Es importante retener 2 concepciones de la naturaleza del ser humano, la social, que constituye la base de la educación, y la política, que contribuye a la extensión de susodicha educación; porque, son 2 elementos fundamentales en la construcción y salud del sistema democrático.
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11 marzo 2015

Down by Law (Bajo el peso de la ley) (Down by Law, 1986) de Jim Jarmusch



"Al hombre perverso se le conoce en un solo día; para conocer al hombre justo hace falta más tiempo"

Sófocles


Tres hombres terminan encarcelados por razones más bien desafortunadas. Su convivencia no será sencilla, pero finalmente encontrarán una forma de huir de su reclusión y vivir una aventura en forma de frenética y particular escapada. 


Hermosa fábula acerca de la soledad, la camaradería y la justicia situada en los barrios bajos de Nueva Orleans, la prisión y los lagos y bosques de Louisiana. La película se inicia con una serie de travellings laterales que nos muestran la podredumbre de los malos barrios de la ciudad y que nos presentan a los personajes que nos acompañaran a lo largo del filme. Todo ello ambientado por la música de Tom Waits, quien precisamente interpreta a uno de los protagonistas.

Como decimos, toda la cinta gira entorno a tres hombres que han sido encarcelados en circunstancias cuanto menos curiosas. Los protagonistas son:

-Zach (Tom Waits), un DJ fracasado que acaba de separarse de su pareja y que, en un estado de considerable embriaguez, acepta llevar un coche de lujo a la otra punta de la ciudad a cambio de una buena cantidad de dinero. Con lo que él no cuenta, claro, es con el cadáver que lleva en el maletero.

-Jack (John Lurie), un chulo de poca monta pero con grandes ambiciones que cae estúpidamente en una trampa y es encerrado por abuso de menores, siendo completamente inocente. 

-Roberto (Roberto Benigni), un turista italiano con evidentes problemas al hablar inglés que matará accidentalmente a un hombre en una reyerta tras una partida de cartas.


Al principio la convivencia entre los tres será complicada. Zach y Jack actúan como dos gallos y llegan incluso a pelear, mientras que el optimismo de Roberto -este es el personaje que da un aire cómico a la historia- llegará a desquiciarles a ambos. Aún así no tendrán más remedio que soportarlo, e incluso lo agradecerán cuando éste les hable de su plan para evadirse de la cárcel. En su huida veremos crecer la amistad entre los tres hombres, aunque los conflictos, principalmente inspirados por el ego de los mismos, no cesarán.

Esta es la maravillosa e inspiradora historia que construye el particular director de Ohio Jim Jarmusch, un excelente cineasta que da una lección en Down by Law sobre como hacer un cine "fresco", personal y reflexivo.


Destacan además el excelente trabajo de cámara, la fotografía de Robby Müller y la música a cargo de John Lurie y Tom Waits. La película llegó a ser nominada para la Palma de Oro del Festival de Cannes del ochenta y seis, aunque el premio fue a manos de La misión (The Mission, 1986) de Roland Joffé. Hoy en día es considerada justamente como el trabajo más completo de su creador, un hombre que goza de fans y detractores por igual, pero al que no se le puede negar un gran talento. 

En definitiva, si tienen la posibilidad de acercarse a esta cinta no duden en hacerlo, pues se trata de toda una joya de la década de 1980 y de un clásico del cine independiente norteamericano. 





10 febrero 2015

Sangre fácil (Blood Simple, 1984) de Joel Coen



"El crimen hace iguales a todos los contaminados por él"

Marco Anneo Lucano


La historia se sitúa en Texas. Allí, una joven (Frances McDormand) que está casada con el propietario de un local (Dan Hedaya) se convierte en la amante de uno de sus empleados (Joh Getz). Al enterarse de la situación gracias a un detective privado (M. Emmet Walsh), el marido de ésta preparará un plan para asesinarlos a ambos. 


Sangre fácil fue el exitoso debut en las grandes pantallas de los hermanos Coen, una de las parejas de cineastas más celebradas del panorama cinematográfico actual. Tras ser rechazado por todos los grandes estudios de Los Ángeles, los hermanos de Minnesota consiguieron distribuir su primer trabajo en los Festivales de Nueva York y Toronto, cosechando éxito tras éxito hasta llevarse el Gran Premio del Jurado en Sundance. 

Con aires del mejor cine negro -un guión enrevesado, asesinatos, un trágico romance, los constantes claroscuros, etc.- Blood Simple destaca especialmente por la atmósfera que acompaña a toda la historia, que más allá de esto no presenta demasiadas novedades respecto a los thrillers clásicos -a parte de un par de malentendidos entre los personajes principales que propician diversos giros del guión. Como decimos, todos los elementos se conjugan a la perfección para crear una densa, trágica y patética atmósfera que ensalza el trabajo de cámara -siempre excelente, como se ha podido comprobar posteriormente- de Joel Coen. A todo ello contribuyen sobremanera la fotografía de Barry Sonnenfeld -habitual colaborador de los hermanos- y la melancólica música de Carter Burwell.

  
Pese a la excelencia visual del filme, podríamos achacarle algunos defectos en el irregular desarrollo de la historia, que son los que impiden que hablemos de una cinta de absoluta referencia. Aunque la base del guión es buena y la película contiene escenas para el recuerdo -como aquella de casi quince minutos de duración en que Ray, el amante, transporta el cuerpo de Julian, el marido, dispuesto a enterrarlo y se da cuenta de que aún está vivo, todo ello sin el uso de palabras, solo cine en estado puro y tensión a raudales-  el interés de la trama es irregular y los Coen no consiguen la continuidad que si tendrían algunos de sus posteriores filmes.



Con todo, Sangre fácil nos parece un notable filme que posee esa distintiva capacidad de gravarse en la retina del espectador y obligarlo a dar vueltas sobre él una y otra vez. Sus personajes, cuyo trágico destino parece anunciarse desde el primer momento, vagan por la vida sin un destino claro, incapaces de dominar sus emociones y establecerse un camino propio, lejos de todas las oscuras circunstancias que les atan a ese lúgubre local tejano. 

En definitiva, un filme nada desdeñable que iniciaba la exitosa trayectoria de dos cineastas que se mantuvieron en los más alto del cine estadounidense a finales del Siglo XX.






05 febrero 2015

Whiplash (ídem, 2014) de Damien Chazelle



"¿No serán acaso los exitosos en realidad los fracasados, y los fracasados, exitosos ninguneados?"


Cristian Warnken


Andrew Neiman (Miles Teller) es un ambicioso y perseverante baterista de jazz que se ha marcado como gran meta en su vida triunfar en el mundo de la música y convertirse en "uno de los grandes". Cuando cursa primero en uno de los mejores conservatorios del país se encuentra con el profesor Terence Fletcher (J.K. Simmons), el más talentoso y exigente entre los docentes del mismo, quien le elegirá para ser el batería suplente de su conjunto.


La realización de Whiplash le ha resultado posible al director y guionista de la misma, Damien Chazelle, gracias al extraordinario éxito obtenido en el Festival de Sundance de 2013 con un cortometraje basado en un extracto del guión original del filme. Pese a ello, no se trata de su debut en las pantallas, sino de su segundo trabajo, ya que en 2009 dirigió Guy and Madeline on a Park Bench, un filme independiente escasamente conocido. Hay que decir que éste también giraba entorno a la música, más concretamente al jazz, y que por lo que podemos leer en Internet el próximo proyecto de Chazelle, que ha hallado el éxito con Whiplash, también será una película relacionada con dicho género. Sus intereses, pues, están bien definidos. 

En la película que nos ocupa nos encontramos con dos personajes, Andrew y el profesor Fletcher, destinados a enfrentarse, pero no tanto por el trato que el primero recibe del otro, sino por sus destinos encontrados y el férreo carácter de ambos. Andrew es un muchacho que tras una infancia difícil ha encontrado en la música su pasión y vía de escape. Sueña con convertirse en uno de los más grandes intérpretes del jazz y está dispuesto para ello a esforzarse hasta límites insospechados -ahí quedan esas sufridas escenas en que el joven practica sin parar hasta derramar sangre en sus manos. Por otro lado tenemos al profesor Fletcher, un individuo que desde el primer momento nos desvela su antipático carácter. Un hombre que cree sinceramente que el mejor modo de elevar a un intérprete a la categoría de genio es el de forzar a sus alumnos hasta límites éticamente más que cuestionables. A lo largo del metraje le vemos insultar a sus chicos, gritarles delante de sus narices, reírse de sus defectos físicos y de sus problemas familiares e incluso lanzarles objetos con la única idea de sacar lo máximo de estos.

   
Así pues, la película nos invita a reflexionar acerca del mundo de la música y el arte, sobre cuestiones éticas relacionadas con el trato que hay que dar a los jóvenes talentosos y cuales son las líneas rojas que nadie puede cruzar, aunque su cruzada sea la de encontrar a un nuevo Charlie Parker o un Louis Armstrong. ¿Con que intención lo hace el director? ¿Quizá trata de justificar la actitud de Fletcher? ¿Quizá, y por el contrario, se trata de una crítica a los valores ultra individualistas de Estados Unidos que contraponen el éxito al más absoluto fracaso? Que cada uno saque sus propias conclusiones, aunque, como dijo Roberto Rossellini: "Un espíritu libre jamás puede aprender como un esclavo".


Nuestra conclusión es que Whiplash -canción que toca la banda de Fletcher, dando nombre al filme- es una buena película, que invita a ricas reflexiones y de la que se pueden destacar la sensacional interpretación de J.K.Simmons, el montaje de Tom Cross y la banda sonora de Justin Hurwitz. El duelo final entre los dos protagonistas, además, resulta un clímax más que efectivo.






07 noviembre 2014

Following, la primera película de Christopher Nolan


Christopher Nolan es ahora mismo uno de los directores más conocidos del mundo y una fábrica de hacer dinero para sus productores. Películas como Origen o la trilogía de Batman son un buen ejemplo de ello. ¿Pero quién era Christopher Nolan antes de que nos regalara en el año 2000 una película tan inquietante y original como Memento? ¿Cuáles fueron sus primeros pasos en el mundo del cine?



Nolan estudió literatura inglesa en Londres a la vez que compaginaba sus estudios con la realización de cortos. En 1998 estrenó Following, su primer largometraje que contó con la ayuda de algunos de sus compañeros de estudios en la actuación. Following contó con un presupuesto de 6.000$ -una nimiedad si tenemos en cuenta los proyectos actuales de Nolan que sobrepasan los 100 millones- y se realizó durante los fines de semana.

Following nos cuenta la historia de un escritor que desempleado y falto de inspiración se lanza a la calle para seguir a personas y así intentar conseguir alguna historia que escribir. En un determinado momento un hombre le descubre, pero este no es un hombre cualquiera, se trata de Cobb, un asaltador de casas ajenas que realiza esta actividad por puro placer. A partir de aquí, la trama se convierte en un thriller con muchos giros inesperados que culmina con un sugerente final.



La película se fundamenta en un buen guión; ambicioso y coherente hasta cierto punto. No hay ni rastro de esos efectos especiales tan típicos en las películas del actual Nolan -lógico por el presupuesto-, pero sin embargo no se pierde el interés en ningún momento, aunque ayuda que la duración de la película sea muy escasa. Lo que sí vemos en Following y que podríamos decir que lo ha ido repitiendo a lo largo de su carrera es esa tendencia a los thrillers psicológicos, a una estructura temporal no lineal y a una ambientación que sólo Nolan sabe crear.

La película cosechó buenas críticas en círculos independientes pero su distribución fue escasa. Pese a eso, consiguió financiación suficiente para rodar Memento, la película que le lanzó al estrellato. Las similitudes entre Memento y Following son incuestionables y podríamos decir que fue su embrión. La primera película de Christopher Nolan no se estrenó en España pero es posible visualizarla ya que se encuentra en dvd y colgada por la red.



Following es una película que podríamos considerar como indie y que para algunos se trata de una película de culto, además es la muestra de que Nolan también sabe hacer un gran largometraje sin tener más de 100 millones de presupuesto y es útil para visualizar detalles del gran cineasta que se convertiría en los siguientes años.