Inició sus actividades artísticas cuando era adolescente y a los 23 años ya era conocido en todo el mundo. Se considera que tenía un talento excepcional y se convirtió en un héroe cultural para los artistas más jóvenes. Desgraciadamente su carrera duró poco, tan solo 9 años pues murió de una sobredosis con 27 años.
Jean-Michel Basquiat nació a inicios de los 60's en Brooklyn, uno de los boroughs más característicos de New York. Se ascendencia haitiana y puertorriqueña hereda la cultura caribeña además del color de piel, hablaba francés, inglés y español. Vivió una infancia un tanto convulsa, sus padres se divorciaron y él quedó a cargo de su padre mientras que su madre fue ingresada en un centro psiquiátrico por las depresiones periódicas que sufrió durante toda su vida. Se escapó de casa y tuvo que cambiar varias veces de escuela. Siendo adolescente ingresó en un centro para superdotados pero su estancia allí fue breve por su mal comportamiento. Ya desde pequeño tuvo interés por el dibujo y es que la constante en su vida siempre fue la creación visual. Aprovechando esa curiosidad, su madre le llevaba a distintos museos de New York, uno de ellos el de Brooklyn.
A los 8 años un accidente hace que deba ser ingresado en el hospital con un brazo fracturado y lesiones internas, por las que le tuvieron que extirparle el bazo. Su madre le compró un ejemplar de Gray's Anatomy (Anatomía de Gray) cuyas láminas médicas influirán en su obra y podrán observarse en numerosas piezas posteriormente.
En 1977 crea, con sus amigos Al Díaz y Shannon Dawson, un personaje llamado SAMO, acrónimo que en inglés significa Same Old Shit (La misma mierda de siempre), de esta manera comienza a hacer graffitis, en los vagones de metro y en la zona del Soho, donde proliferan las galerías de arte. En sus obras podían leerse frases como “SAMO pone fin al lavado de cerebro religioso, la política de la nada y la falsa filosofía”. En 1979 escribe 'SAMO is dead' (SAMO está muerto) y deja los sprays. Ha sido uno de los graffiteros más vanagloriados de New York en los 70's y 80's así como Kenny Scharf y Keith Haring.
Se va de casa a los 18 y empieza a experimentar con la música, formando una banda llamada Gray, donde toca el clarinete y el sintetizador. Para sobrevivir vendía camisetas y postales pintadas a mano y vivía en casas abandonadas o con sus amigos en la zona baja de Manhattan.
A partir de 1980 comenzó a interesarse más por la pintura como tal. Sentía una verdadera admiración por el expresionismo abstracto y por artistas como Franz Kline, Pollock, De Kooning y sus figuras o Cy Twombly y su caligrafía. Además estuvo interesado en las combine paintings o collage de Robert Rauschenberg y el Art Brut de Jean Dubuffet.
El Nilo (1983)
Su estilo fue único ya que lo creó con elementos de la diáspora africana y del antiguo Egipto mezclado con su propia simbología. Además los temas de justicia social, que incluyen racismo, materialismo y explotación son recurrentes en el arte de Baquiat. En su primera exposición con otros artistas jóvenes neoyorkinos, los críticos de arte empiezan a descubrirlo. Aunque al principio no tuvo demasiado éxito ya sus graffitis se consideraban como algo feo, irreverente, de mal gusto y nada artístico, hizo que este arte empezase a hacerse hueco en el sistema. En una segunda exposición, en el Instituto de Arte y Recursos Urbanos de Nueva York, Basquiat mejoró sus críticas artísticas aunque no personales, puesto que apareció puesto de cocaína. Fue aquí donde conoció a Andy Warhol, con el que mantendría una amistad hasta la muerte del famoso artista de Pop Art.
Su obra, dejando al margen su etapa de graffiti, se caracterizó por su austeridad, incluso por su frialdad en la composición gráfica. Pero, a pesar de esta austeridad en la obra, era rico en contenido. En él, Basquiat plasmó a sus ídolos como “reyes, héroes y la calle”, muchos de ellos afroamericanos o negros, como Hank Aaron (jugador de baseball), Muhammad Ali, o Joe Louis, todos estos siempre acompañados de una corona de tres puntas. La influencia del graffiti, aun y su intento de desvinculación, le acompaño durante toda su obra, pues las piezas que no eran sobre sus héroes, eran cuadros irónicos, que podían incluso estar criticando al público al que iba dirigido.
Notary (1983)
Los nombres de sus artistas favoritos (Miles Davis, Billie Holiday y Charlie Parker, ente otros) aparecen en sus cuadros. Pero no solo nombres, sino que en algunas obras utilizará de distintas maneras, colores, líneas, palabras e imágenes, que crean un compás acelerado. A través de la pintura reflejaba aspectos de la musica jazz o hip hop. En esta época también empezará a tener relación con artistas pop, como Madonna.
Gold Griot (1984)
CPKR (1982) En honor a Charlie Parler
A partir del 84 Warhol le presentó a Bruno Bischofberger, quien dio a conocer su obra en Europa y con quien colaboró estrechamente. En estos años sus amigos empezaron a preocuparse por su adicción a las drogas. A menudo le encontraban casi en coma o paranoico. Esta paranoia estaba alimentada además por los diversos robos que sufra en su estudio, a veces por galeristas que se llevaban obras inacabadas para venderlas o exponerlas.
En el 88 la muerte de Andy Warhol le afecta sobremanera. Pasa la mayor parte del tiempo en su finca de Hawaii aunque sigue pintando y exponiendo en New York. En junio del 89 vuelve a New York anunciando que está recuperado de su drogadicción pero dos meses más tarde, muere por una sobredosis de heroína.
De alguna manera, Basquiat profetizó una muerte temprana. “Yo sé que algún día voy a dar vuelta a la esquina y voy a estar preparado para eso” dijo, una de las pocas veces que habló de sí mismo. Desde que fue un adolescente tuvo un carácter obsesivo y autodestructivo, que podemos ver en su abuso de las drogas y la "mala vida" que llevó antes de conocer la fama y obtener el reconocimiento artístico. En otra ocasión dijo “Nunca sé demasiado bien si estoy vivo. De todos modos no me preocupa demasiado: creo que soy inmortal” a una de sus parejas, Jennifer Goode. Esta idea de la inmortalidad también se la repitió a Warhol, cuando este le advertía del peligro que suponía abusar de las drogas.
Además de ser el mayor pintor afroamericano que alcanzó la fama en esos términos (así sigue siendo aún), es también quien elevó el arte marginal hasta el éxito partiendo del graffiti. Basquiat resultó ser producto de la sociedad y del nuevo arte que asomaba la cabeza alrededor de los años 1980.
Hartos de los estilos arcaicos y del minimalismo, la comunidad artística abrazó con fuerza el nuevo arte que se le presentaba. Resultaba atractivo, poco conocido, y “rebelde”. Era “anti arte”. Junto con el Pop Art, de Warhol, Lichtenstein, y Oldenbourg, el arte marginal de Basquiat encontró rápido un hueco en el nuevo mundo del arte. Un arte fugaz, que ya no seguía los viejos modelos y directrices de las escuelas, y que se guiaba por el mercado. Por la oferta y la demanda. El arte era bueno cuando se vendía, e inútil cuando no gustaba al público. Sin lugar a dudas era el tipo de arte que mejor se amoldaba a la sociedad de mercado, tan cruda e insensible.
Asimismo el proyecto SAMO arremetía contra la hipocresía de la sociedad materialista que les envolvía. La misma sociedad que elevó al artista, quien respondió con alegría a la par que con indiferencia. Sabía que su arte era valioso en aquel momento, pero era consciente también que no era un arte como fue el de Van Gogh, o el de Rembrandt, tan clásico como atemporal.
Además de ser el mayor pintor afroamericano que alcanzó la fama en esos términos (así sigue siendo aún), es también quien elevó el arte marginal hasta el éxito partiendo del graffiti. Basquiat resultó ser producto de la sociedad y del nuevo arte que asomaba la cabeza alrededor de los años 1980.
Hartos de los estilos arcaicos y del minimalismo, la comunidad artística abrazó con fuerza el nuevo arte que se le presentaba. Resultaba atractivo, poco conocido, y “rebelde”. Era “anti arte”. Junto con el Pop Art, de Warhol, Lichtenstein, y Oldenbourg, el arte marginal de Basquiat encontró rápido un hueco en el nuevo mundo del arte. Un arte fugaz, que ya no seguía los viejos modelos y directrices de las escuelas, y que se guiaba por el mercado. Por la oferta y la demanda. El arte era bueno cuando se vendía, e inútil cuando no gustaba al público. Sin lugar a dudas era el tipo de arte que mejor se amoldaba a la sociedad de mercado, tan cruda e insensible.
Per capita (1981)
Asimismo el proyecto SAMO arremetía contra la hipocresía de la sociedad materialista que les envolvía. La misma sociedad que elevó al artista, quien respondió con alegría a la par que con indiferencia. Sabía que su arte era valioso en aquel momento, pero era consciente también que no era un arte como fue el de Van Gogh, o el de Rembrandt, tan clásico como atemporal.
Basquiat no dudó en pintar el lienzo con brochas, sprays, ceras y todo tipo de materiales, fueran o no adecuados. No cuidó la obra, pues eso tampoco importaba; hiciera lo que hiciera la vendería. Ese es en cierto modo, lo que Basquiat enseñó al mundo del arte, y éste no quiso aprender. Mostró la dejadez del arte moderno, y la vulgarización comercial que estaba acabando con el valor a la obra por su significado o contenido; estaba poniendo a Kandinsky a la misma altura que Picasso.
Shout out para Laia por su contribución y su conocimiento del autor.
0 comentarios:
Publicar un comentario