martes, 2 de junio de 2015

El puente (Die Brücke, 1959) de Bernhard Wicki



"La guerra es dulce para aquellos que nunca la han experimentado"

Erasmo de Rotterdam


Alemania, primavera de 1945. En una pequeña población del oeste de la geografía germánica un grupo de muchachos y sus madres conviven con la incertidumbre de cual será su destino, pues la situación del Imperio Nazi es límite y ya no quedan hombres para defender las posiciones del eje. Esto hace que los niños capaces de llevar un arma sean llamados a filas, ante la desesperación de sus madres.


Estremecedor y arduo filme antibelicista que denuncia unos hechos acaecidos en Abril de 1945, cuando el ejército Nazi se encontraba ya derrotado, con las tropas aliadas ocupando territorio alemán en el este y el oeste, y aún así defendió cada población hasta las últimas consecuencias, llamando a filas si era necesario a muchachos de apenas dieciséis años.  

Bernhard Wicki, más conocido por su faceta de actor y por haber dirigido los episodios alemanes de la superproducción Hollywoodiense El día más largo (The Longest Day, 1962) -que narraba el famoso desembarco de Normandía desde el punto de vista de los dos contendientes- dirige aquí su obra maestra, un filme reposado y bien construido que además de narrar los horrores de la guerra -que se hacen el doble de terribles al tener como víctimas a simples muchachos- responde a numerosas cuestiones sobre la sociedad alemana de la época.


El filme se estructura en dos partes bien diferenciadas: La primera nos narra la vida en el pueblo antes de que este sea atacado por los aliados. Este es un tramo del metraje sumamente interesante. En él, conocemos a los protagonistas de la historia -simples muchachos que van a la escuela, juegan entre ellos, hacen gamberradas como beber alcohol a escondidas o flirtean con chicas- y a sus familias, hecho que nos permite profundizar en el carácter de cada uno de ellos y realizar una detallada fotografía de la sociedad alemana en los últimos meses de la guerra. 

La mayor parte de los muchachos han perdido a sus padres, y los que no tampoco guardan una especial relación con ellos. La mayor parte de las madres sufren por el trágico destino que se les avecina, especialmente al ser conscientes que sus hijos podrían terminar en el frente. La excepción está en la familia más acomodada del pueblo, una familia de oficiales donde el orgullo de la raza aria se hace más patente que en ningún otro lugar. Los chicos, por otra parte -y esta es la clave de la historia- se encuentran ilusionados con la idea de ser llamados a filas. Sueñan con servir a su gran patria y convertirse en héroes, ajenos a los horrores que supone entrar en combate y que más tarde descubrirán.

La segunda parte es aquella que narra los sucesos desde que los chicos dejan atrás sus familias para incorporarse al servicio militar. Tras un solo día de instrucción, se ven obligados a entrar en acción por la urgencia de la invasión americana, pero un general, en vista de que no podrán hacer frente a la primera línea de fuego, los envía a la retaguardia a cubrir, por pura coincidencia, el puente que da entrada a su población. Este no será, sin embargo, un buen refugio para ellos.

    
En definitiva, un filme desgarrador que gracias al buen trabajo realizado con sus personajes y a la contextualización histórica consigue involucrar al espectador en el conflicto que termina deviniendo. El puente es un firme alegato en contra de todo aquello que supone una guerra y que Wicki, nacido en 1919, conocía bien, pero también es una película histórica que pone en relieve la influencia que el fascismo tiene en los jóvenes y en las actitudes que estos toman. Una historia tremenda que merece ser reivindicada.






1 comentario:

  1. Bun blog, pero ¿por qué no has seguido?
    www.tigrero-literario.blogspot.com

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