Con esta entrada (espero que la primera de muchas) se inaugura una nueva sección en Vox Ultra. Ésta va a estar dedicada al arte, no es que la literatura, la música o el cine no lo sean, me refiero a lo que a partir del Renacimiento se conoce como artes mayores: pintura, escultura y arquitectura. Os puedo asegurar que es todo un honor para mí poder aportar mi granito de arena a este espacio dedicado a la cultura, tan necesaria y enriquecedora. Después de todo, antes de ponerme a escribir, fui lectora habitual del blog.
Cuando me ofrecieron colaborar, mis primeras reacciones fueron de alegría y sorpresa, pero después empecé a pensar de qué o de quién podía hablar. No me costó mucho decidirme cuando recordé un vídeo que había visto recientemente. Se trata de una impresionante animación en 3D de casi una centena de cuadros realizada por un artista italiano llamado Rino Stefano Tagliafierro. Dicha colección no es otra cosa que una reflexión sobre la vida y la muerte, el placer y el sufrimiento, a través del arte. Gran parte de las obras que aparecen en el vídeo pertenecen a Bouguerau, un pintor que una compañera de clase me había descubierto unos días antes y del que me había enamorado al instante.
Los lienzos de este artista son casi fotográficos, característica de la mayoría de corrientes pictóricas del siglo XIX, por lo que son ideales para este tipo de animaciones.
Autorretrato (1879)
Por ello, decidí dedicarle mis primeras líneas a él, a William-Adolphe Bouguerau, (1825-1905) pintor neoclásico parisino que fue maestro y director del departamento de pintura de la Sociedad de Artistas Franceses. Su estilo se podría clasificar como académico, esto es, aquel que se desarrolla bajo la tutela de instituciones públicas o privadas dedicadas a la enseñanza, maestros y cánones establecidos. Encarnó el modelo de artista académico tradicional, ajeno a cualquier innovación e influenciado por el ideal de belleza clásica, que llevó a sus lienzos con exquisita técnica y un acabado detallado, en composiciones de temática idealizada. Además de los temas mitológicos, también hay algunas representaciones religiosas, literarias y retratos de personajes de la época.
El nacimiento de Venus (1879)
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Ninfas y sátiro (1873)
El rapto de Psiqué (1895)
En sus retratos, personajes y rostros alcanzan un realismo fuera de lo
común siguiendo el ejemplo de pintores que admiraba, como el
renacentista italiano Veronés. Para representar la belleza de la manera más
perfecta posible, su mayor deseo, Bouguereau disponía de una cualidad
imprescindible: la perseverancia, aspecto que le esclavizó durante toda
su vida, pues deseaba pintar lo que el ojo humano ve de forma exacta y
esto, en la práctica, requiere de mucho trabajo y paciencia. Por otro lado, su
conocimiento del cuerpo humano es manifiesto y así se presenta en sus
cuadros. Estos poseen además un variado colorido.
El despertar de la tristeza (1888) Temática bíblica.
El crepúsculo (1882)
Dante y Virgilio en el infierno (1850)
Esta última obra necesita un comentario especial, en mi opinión, pues rompe de cierta manera con la línea del pintor. La temática se vuelve oscura y siniestra, algo que podemos percibir ya en obras como 'El despertar de la tristeza' o 'El día de los muertos'. En esta obra, se representa la bajada de Dante y Virgilio al infierno, y en concreto la entrada al octavo círculo, donde se encuentran los condenados por falsificación, escena relatada en La divina comedia. En un primer plano vemos a dos personajes, dominados por los efectos del inframundo, deseosos de violencia y sangre. Uno de ellos, Gianni Schicchi, personaje real que vivió en Florencia en el siglo XIII, muerde en el cuello a Capocchio, un alquimista hereje. El primero era famoso por su capacidad para suplantar la identidad de otras personas y por esta razón, fue condenado. Los dos cuerpos, que luchan, forman una S y la musculatura resalta como característica principal. En un segundo plano vemos a Dante y Virgilio, que observan con horror la escena. En el lado derecho podemos observar un cuerpo en el suelo, una serie de personas amontonadas más al fondo y arriba, con las alas extendidas y mirada diabólica, un demonio. Los colores se vuelven cálidos y oscuros frente a los inocentes azules, verdes y rosas presentes en la mayoría de sus lienzos. Nos podría recordar casi a un cuadro barroco, con una atmósfera truculenta que llama poderosamente la atención y que hace difícil apartar la mirada.
Como dato curioso, decir que este cuadro y en concreto las dos figuras principales están representadas en la portada de Forever, disco del grupo Holograms, el cual está situado en el tercer puesto del top 10 de 2013 de portadas musicales de este mismo blog.
Bouguerau fue popular en Francia y en la corte de Napoleón III, pero quedó en cierto modo al margen, a causa del creciente interés por nuevos estilos como el impresionismo, al que curiosamente había vetado para el Salón de París por considerar que a los cuadros de ese estilo les faltaba acabado. Por esta misma razón, artistas como Gauguin, Cézanne o Van Gogh le aborrecieron o ignoraron. Ello no impidió que sus obras fueran adquiridas en gran número por coleccionistas americanos e ingleses. Los estudiosos del arte actuales lo consideran un pintor decimonónico importante que además ayudó a artistas jóvenes en su carrera.
Me ha encantado
ResponderEliminar¡Magnífico! ¡Magnífico! Tenía muchas ganas de que se abriera una sección destinada a los artes nombrados, han sido desde siempre mi asignatura pendiente. Aquí tienes ya a un fiel seguidor de tus publicaciones. ¡Felicidades y muchas gracias por tu trabajo!
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