Veinte años y un día después de Me Against The World (Interescope, 1995) ve la luz el tercer trabajo de estudio de Kendrick Lamar títulado To Pimp A Butterly (TDE, 2015). A primera vista se aprecian varias similitudes temáticas entre los álbumes. La pérdida de inocencia, paranoia, odio hacía uno mismo, recuerdos de la juventud, también algún tema afectivo. Temáticas parecidas pero distintos objetivos.
En MATW Tupac expresa sus sentimientos antes de entrar en prisión, sus miedos, lo que no le dejaba dormir. Una especie de tratamiento musical a base de ahondar en sí mismo. TPAB es lo mismo para Kendrick; pero este no se dispone a entrar en la cárcel sino a salir de su crisálida.
Lo primero en ver la luz de este trabajo había sido el single “i” el año pasado y hace poco “The Blacker the Berry”. Dos temáticas muy dispares entre ellas, del i love myself del estribillo de “i” al i’m the biggest hypocrite of 2015 que se repite al inicio de cada verso en “The Blacker the Berry”. De una good vibe a un intenso odio. Una dicotomía que sin duda se hará presente en todo el trabajo, tratando varias perspectivas sobre la vida y su experiencia.
Tres años ha pasado desde Good Kid M.A.A.D City (TDE/2012). Tiempo donde Kendrick ha estado ocupado viajando, encabezando festivales, trabajando con otros artistas, perdiendo y recibiendo premios. Una vida ajetreada fuera de familia, amigos, barrio, pareja. Entorno seguro que cambia por lujo y nostalgia. No intenta hablarnos de los bienes materiales que ha conseguido sino más bien la dificultad de vivir bajo sus propios ideales.
El hecho de no vivir bajo su propio dogma lo conduce a una auto-flagelación que describe de una manera única. El álbum abre con “Wesley’s Theory” que comienza con el sample de Boris Gardiner “Every nigger is a star” , seguido de una intro a cargo de George Clinton. Se trata de un tema muy agridulce: el primer verso nos habla sobre la fama de un rapero que vende su alma, en el segundo introduce la voz del Uncle Sam que lo insta a gastar en objetos materiales para acabar siendo un Wesley Snipes (encarcelado por fraude entre 2010-13). En medio de esta paranoia aparece un break a cargo de Dr. Dre comentando que cualquiera puede tener dinero, lo complicado es mantenerlo.
Avanza el álbum y las voces que avergüenzan a Kendrick siguen materializándose con forma de mujer que lo castiga por no haber gastado lo suficiente en ella. En “u” se acusa de no estar cuando su mejor amigo y su hermana cuando más lo necesitaban. En “Alright” y “For Sale” profundiza la figura de Lucy (Lucifer o Uncle Sam) quien lo tienta continuamente e intenta lidiar con él pero he know the bible too.
En estas canciones el artista no puede hacer otra cosa que bajar la oreja, asumir su error, comerse los golpes por donde vengan y aguantar. De hecho durante “u” su única respuesta ante las acusaciones es beber más y más. Kendrick vs Kendrick, esas voces le hablan a él y solo a él, convirtiendo su alrededor en algo horrible y deprimente.
Estos problemas son transmitidos de una forma muy personal. Con “Instituionalized” indagando el hecho de que su triunfo no significa que su gente haya triunfado, pues la gente sigue corrompida por el dinero. Él ve los BET como una oportunidad de celebrar el éxito de la cultura negra, pero sus homies solo ven la opción de robar en los premios para ganar algo de dinero. En palabras del propio Snoop you can take your boy out the hood but you can’t take the hood of the homie. El mundo de Kendrick se cae en pedazos y la distancia entre él y sus amigos queda patente.
Esta vorágine está acabando con él y necesita un descanso, volver a casa -Compton o Africa-, recordar lo que es vivir el barrio o recordar con “Hood Politics” lo que era su L.A de antes, cuando no salía del barrio y éste era todo lo que conocía.
De estos viajes surge “How much a dollar cost”, donde aún recuperándose de su pelea con Lucy, se encuentra a hombre en una gasolinera de Sudáfrica. Un hombre que parece adicto al crack y le pide un dólar a Kendrick para, suponemos, colocarse. Lamar no cede, no muestra cariño hasta que el hombre le pregunta si leyó el Éxodo, 14 -El Señor peleará por vosotros mientras vosotros os quedáis callados.-, motivo por el cual cambia de opinión respecto al hombre que finalmente se acaba revelando como dios.
Una epifanía contemporánea sobre lo que un dólar puede significar para alguien. La simpleza con la que se puede llegar al cielo. Este momento nos encamina hacia la recta final del disco. De todos estos struggles y viajes nace una especie de purgatorio, donde el lado racional de Kendrick lo insta a no mentir, a no ser hipócrita, a ganarse el respeto por ser él mismo y no por el dinero.
Este respeto empieza por sí mismo antes que nadie. Refuerza esta idea el tema “i” que se incluye en una versión en directo, con las letras algo alteradas, más ritmo y una interrupción: la pelea entre el público, momento donde Kendrick aprovecha para meter un verso a capella explicando el término “negus” y clamando por la paz en un discurso un tanto atropellado.
Aprovechando este discurso entra el último corte del disco “Mortal Man”, donde tras invocar el espíritu de Mandela, entre otros líderes negros, el estribillo reza “when shit hit the fan / is you will still a fan?” clamando por la lealtad del público. Tras leer por completo el poema que estaba articulando el disco, oímos a Kendrick entrevistar a Tupac, a base de cortes de una entrevista inédita realizada por una radio sueca en 1994.
To Pimp A Butterlfy es un disco cuidado en todos los detalles, no solo en las letras sino también en la música, uno de los aspectos más cuidados de todo el trabajo. Influencias de jazz, funk o soul donde los raps del de Compton son acompañados por sintetizadores, bajos, teclados y coros perfectamente medidos obteniendo un resultado muy orgánico para todo el disco.
Sin duda las piedras angulares de este trabajo han sido Terrace Martin y Sounwave. El primero, viejo conocido de la West Cost, productor y saxofonista. El segundo, home producer de TDE, miembro de Digi-Phonics, que viene trabajando con Kendrick desde “Section 80”. Todos los detalles están cuidados, aparte de estos dos el disco cuenta con un Thundercat muy activo en bajos, voces y producción. Algunos teclados de Robert Glasper, percusiones de Larrance Dopson o Kamasi Washington al saxo. Todo esto sumado a un gran elenco de productores como Flying Lotus, Taz Arnold, Boi1-da o Pharrell entre otros. Hooks, puentes, colaboraciones y coros se encuentran en perfecta armonía.
Kendrick tiene la corona. Una persona que ha trabajado duro para llegar a donde está, se hace preguntas y las enfrenta con una honestidad loable amén de ser capaz de transmitirlo así. No tiene problemas en mostrarnos sus altos o sus bajos, sus debilidades y vulnerabilidades que captura increíblemente en cada canción. Hizo el disco que quería hacer para traer al hip-hop a la escena, mantenerse honesto consigo mismo, pero también manteniendo la corona deconstruyendo sus propios errores y penas. Sacar fuerza de flaqueza. Llevar al hip-hop a sus raíces pero sin perder de vista el S.XXI.
Este disco visceral, atractivo, caótico y a veces inconcluso culmina con la entrevista a Pac, donde un Kendrick curioso le pregunta por el futuro de su generación,abriéndose ante su maestro con una desnudez y sinceridad palpables para escuchar sus sabias enseñanzas. Estas palabras lo hacen tener una perspectiva única para avanzar como hombre y como artista, viviendo la máxima Socrática de “Conócete a tí mismo”.
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