La escultura es una de las llamadas Bellas Artes y aunque en los últimos años ha sido difícil darle una definición concreta, se podría decir que es toda obra plástica en tres dimensiones. Con esta entrada quiero hacer una pequeña selección de 10 esculturas importantes, aunque por supuesto, la expresión de 'mejor escultura de la historia' es completamente subjetiva. Yo he elegido estas porque además de su prestigio, me parecen increíblemente bellas.
Obras escultóricas ha habido desde la Prehistoria y en muchas ocasiones se han fusionado con la arquitectura, con casos tan notables como el de las Cariátides en el Erecteion de Atenas. Es en este mismo lugar, en Grecia, donde podemos empezar nuestro viaje. Los escultores griegos adquirieron una gran fama en su momento y sirvieron de inspiración para artistas posteriores.
La primera escultura elegida es la del famoso Discóbolo del escultor Mirón realizada en el año 455 a.C. Pertenece al período clásico y aunque no se ha conservado la original, sí hay numerosas copias en mármol y bronce de época romana. Representa a un atleta a punto de lanzar el disco, un deporte típico de las Olimpiadas del momento. La he elegido por la forma en la que Mirón trabaja la anatomía y el movimiento.
Continuamos en Grecia pero avanzamos en el tiempo. Con Alejandro Magno conquistando el mundo conocido y Scopas como inspiración principal, empieza el Período Helenístico (500-100 a.C). La escultura se vuelve realista y naturalista y se representa el dolor, el movimiento, la grandeza, el dramatismo e incluso, la fealdad. Se le da prioridad al retrato y a la captación de la personalidad, sin idealizar las figuras. La primera obra que encontramos de este momento es el Laocoonte, de la escuela de Rodas y realizada de una sola pieza por Agesandro, Polidoro y Atenodoro. Según se dice fue Laocoonte el que les dijo a los troyanos que no se fíaran de los griegos ni de sus regalos, profanando con unas lanzas el famoso caballo de Troya. La escultura representa al sacerdote y a sus hijos luchando contra dos monstruosas serpientes enviadas por los dioses como castigo por sus actos. La obra se descubrió en pleno Renacimiento y sirvió de inspiración a artistas como Miguel Ángel. La he elegido por la rotunda anatomía y la lucha desesperada de los personajes, que muestran gran expresividad y cierto patetismo.
Otra obra helenística es la Victoria de Samotracia, esculpida en torno al 190 a.C a causa de una victoria naval en Salamina contra Ptolomeo Sóter y que sirvió de inspiración para las esculturas que se colocaban en las proas de los barcos del siglo XVII. La he elegido por el maravilloso trabajo de las telas, que recuerda a la técnica de los paños mojados de Fidias, por la postura e incluso por las alas que dan una impresionante sensación de movimiento, como si la diosa representada estuviese recibiendo el aire de frente.
Tendremos que esperar al Renacimiento para ver de nuevos grandes esculturas. Y el encargado de ello será Miguel Ángel, el prototipo de hombre renacentista por excelencia y uno de los artistas más virtuoso de la historia (por no decir el mejor). Fue arquitecto, pintor, escultor y poeta pero destacó principalmente en la escultura. La primera obra relevante es La Piedad realizada en 1495. Representa a la Virgen María con el cuerpo de Cristo en su regazo. La he elegido porque creo que era inevitable no hacerlo. La mirada triste de la Virgen, la pesadez con la que cae el cuerpo de Jesús, el tratamiento de la anatomía en el personaje masculino y los ropajes del personaje femenino hacen de ella una escultura excepcional.
Otra obra de Miguel Ángel que no podía faltar (sobre todo siendo una de mis esculturas favoritas) es el David (1504 o 1505). Esculpida en un bloque de mármol de Carrara ya desbastado, posee una mirada reflexiva cargada de fuerza que se pierde en el horizonte. Este David no es ni más ni menos que el personaje bíblico que asesina al gigante Goliat. Al contrario que el David de Donatello, Miguel Ángel quiso mostrar el momento anterior al asesinato. Como se puede apreciar, la obra muestra una perfecta anatomía y con una altura de 5,17 m, es enormemente imponente. Pero si la he elegido, es por mucho más que eso. Cuando entré en la sala en la que está la escultura, en la Galería de la Academia de Florencia, me quedé varios minutos observándola. sin poder apartar la mirada. Siempre digo que es el hombre perfecto hecho piedra. Sólo le falta respirar.
La última obra de Miguel Ángel que quiero mencionar es El Moisés, escultura de mármol blanco y realizada en 1509. Se encuentra en la Basílica de San Pietro in Vincoli de Roma como decoración escultórica de la tumba del Papa Julio II. Aunque no es de mis favoritas, la he elegido por su importancia, su valor y las curiosidades que guarda. Podemos ver que el personaje lleva unos cuernos en la cabeza ¿no? Se dice que esta característica tan extraña en un personaje bíblico se debe a una mala traducción del Antiguo Testamento. En la versión griega ponía que su rostro emanaba 'rayos de luz'. Sin embargo en la Vulgata, traducción al latín de las Sagradas Escrituras, se cambió a 'cabeza cornuda'. La otra anécdota trata directamente del autor. Cuando Miguel Ángel terminó su obra, le dió un golpe en la rodilla a la vez que decía '¿Por qué no me hablas?', sintiendo que lo único que le faltaba era respirar. Este golpe es aún visible.
Inmediatamente después nos encontramos con otro gran período de la historia del arte, el Barroco. Y como no puede ser de otro modo, las obras elegidas son de Lorenzo Bernini (1598-1680) pintor, escultor y arquitecto italiano. La primera es el Rapto de Proserpina, posiblemente mi escultura favorita. Representa a Plutón o Hades, dios de los muertos y los infiernos, secuestrando a Proserpina, de la cual estaba enamorada, y que acabará siendo su esposa. Cada vez que la veo me quedo sin palabras, no llegó a comprender como se puede conseguir tanta plasticidad y realismo, trabajando una simple piedra. El movimiento de la escultura es notable, al igual que la expresividad de los rostros. El detalle más alucinante de la escultura es la manera en la que los dedos de Plutón agarran y presionan los muslos y cadera de Proserpina. Decir, como anécdota, que mi padre un día encontro el detalle de la mano en el muslo por Google y creyó que era foto pornográfica. (Vale que es un poco inocente por su parte pero fijaros hasta donde llega el realismo de la obra)
La segunda y última obra de Bernini de la que voy a hablar es El extásis de Santa Teresa. Fue realizada entre 1647 y 1651 por encargo del cardenal Cornaro, para ser colocada en su tumba, en la iglesia de Santa María de la Victoria en Roma. Representa a Santa Teresa, escritora mística y reformadora de la sociedad religiosa, en una experiencia que ella misma decía haber vivido, en la que un ángel le atravesaba el corazón con una flecha. El rostro de la santa muestra una expresión de placer, pues se encuentra en el llamado 'extásis divino'. Por otro lado, el ángel sonríe con una mezcla de ternura y malicia, pocos segundos antes de clavar la flecha en el pecho de la mujer.
Además de las dos figuras y la nube que tienen debajo, realizadas en mármol blanco, hay unos 'rayos' de luz en bronce que complementan la escena. La escultura se encuentra cerca de una ventana que le proporciona luz natural lo que sugiere la presencia divina. Bernini nos quiere mostrar una escena sobrenatural con todos sus detalles. He elegido esta escultura porque me parece simplemente magnífica, sobre todo por el movimiento que tiene y la expresión de Santa Teresa, que nos transmite exactamente lo que se supone que sintió con la visita del ángel.
Además de las dos figuras y la nube que tienen debajo, realizadas en mármol blanco, hay unos 'rayos' de luz en bronce que complementan la escena. La escultura se encuentra cerca de una ventana que le proporciona luz natural lo que sugiere la presencia divina. Bernini nos quiere mostrar una escena sobrenatural con todos sus detalles. He elegido esta escultura porque me parece simplemente magnífica, sobre todo por el movimiento que tiene y la expresión de Santa Teresa, que nos transmite exactamente lo que se supone que sintió con la visita del ángel.
Para finalizar, hablaré de Rodin (1840-1917), del que se dice que es el escultor más valorado después de Bernini. Quiso mostrar en sus obras las facetas del ser humano y de las esculturas, como el volumen, el espacio, la masa, la textura o el movimiento. Tuvo que quedarse en la llamada Pétite École, tras no haber sido admitido en la Escuela de Bellas Artes de París. Dos de sus obras más famosas van a cerrar la entrada. Por un lado El pensador y por otra, El Beso. Ambas se encuentran en el Museo Rodin de París.
La primera formaba parte de un monumento erigido en París para conmemorar la Divina Comedia de Dante. En su origen representaba a Dante en Las Puertas del Infierno. Se hicieron diversas copias pero la que aquí muestro es de bronce y fue terminada en 1880. La he elegido porque tengo muy buen recuerdo de ella cuando visité París y me parece que tiene una gran fuerza, así como un importante trabajo anatómico.
La otra obra es El beso, de la cual también hay muchas copias. En un principio se encontraba en los relieves del mismo monumento al que pertenecía la anterior pero fue separada. Antes de realizar las copias en mármol, se hicieron otras en diversos materiales. Según se dice representan a dos enamorados, Francesca, personaje de la Divina Comedia, y Paolo, el hermano de su marido, igualmente casado. Los amantes fueron descubiertos por el marido de Francesca y asesinados por este. La copia que actualmente se encuentra en el museo Rodin fue encargada por el gobierno francés en 1888 y se mostró en el Salón de París en 1898. La he elegido porque me parece una escultura bellísima, con mucho sentimiento.
Está genial de verdad. Tienes mucho futuro.
ResponderEliminarEspectacular, me has hecho disfrutar a la para que aprender, cualidad que tiene en mi la historia del arte. Por poner una pega o, mejor dicho, dar una sugerencia ,el Ares Ludovisi de Lisipo.
ResponderEliminarunas muy buenas elecciones pero yo quitaria los de rodin y pondria el Augusto de Prima Porta
ResponderEliminarGenial
ResponderEliminarno tiene perdón no poner la mujer del velo de Corradini
ResponderEliminarBuenos días a todos y gracias por compartir tanto acerca de la moda y el diseño. Para los que estamos comenzando, este tipo de recursos nos ayuda mucho a aprender. Les cuento que hace un tiempo hice un curso y me puse a diseñar mis propias esculturas. Estaría bárbaro que nos recomienden también otros sitios en donde salir a vender el diseño que producimos. Gracias y saludos desde Banfield, Buenos Aires!
ResponderEliminarBonito blog y muy interesante. Personalmente creo que olvidar el Cristo Velado de Sanmartino es un fallo importante.
ResponderEliminarLo que no tienes perdón es no poner el CRISTO VELADO de SANMARTINO, probablemente una de las tres mejores escultoras en mármol de la historia, al nivel de LA PIETÁ.
ResponderEliminarSugiero agregar la escultura en mármol de Diana Cazadora conteniendo el perro. Bella.
ResponderEliminarMe falta "el Desengaño", de Francesco Queirolo; la más impresionante que conozco.
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