jueves, 28 de noviembre de 2013

Mientras Nueva York duerme (While the City Sleeps, 1956) de Fritz Lang




"En el desprecio de la ambición se encuentra uno de los principios esenciales de la felicidad sobre la tierra".


(Voltaire)



Los periodistas más reputados del Sentinel tratan de hacerse con la dirección del periódico tras la muerte del antiguo propietario. El hijo de éste (Vincent Price), les introducirá en una ambiciosa lucha de poder que acabará relacionada con los crímenes de un asesino en serie que atemoriza la ciudad, pues, el primero en obtener la exclusiva de su detención, conseguirá el puesto. 


Mientras Nueva York duerme fue el último trabajo de Fritz Lang en su prolongada etapa Norteamericana. Tras este film, volvió a Alemania -en ese momento la República Federal Alemana- para rodar las que serian sus tres últimas películas.

Si uno aprende algo visionando el cine del maestro Germano, es a no limitarse a las apariencias, pues aquello que realmente quiere expresar el director no se encuentra a simple vista, sino que requiere de cierta reflexión y a veces incluso audacia.

Bajo la apariencia de un film sobre el periodismo que se relaciona en un mismo espacio con otro sobre un asesino en serie, Mientras Nueva York duerme es en realidad una crítica del sensacionalismo periodístico y de un sistema capitalista que alimenta una competitividad inhumana dentro del mundo laboral Estadounidense. 


Además de esto, resulta un retrato preciso y eficaz de la ambición humana, con la característica visión pesimista de Lang. 

Existen diversos elementos a destacar sobre la película; en primer lugar, el estructurado guión de Casey Robinson, basado en un cuento de Charles Einstein, por otro lado la siempre sublime dirección de Fritz Lang, que nos lega algunas escenas memorables, y finalmente, el reparto, lleno de caras conocidas como Dana Andrews, Ida Lupino, George Sanders, Rhonda Fleming o Vincent Price, entre otros, que realizan un espléndido trabajo.


Por todo ello, y pese a ser un trabajo menor dentro de la extraordinaria filmografía del director Vienés, estamos ante una película más que interesante, que lleva al espectador hacia ciertas reflexiones sobre la condición humana, uno de los leitmotiv del cine de Lang.

En conclusión, un film notable y de referencia que no deja indiferente a nadie y que destaca por su perfección formal.





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