miércoles, 20 de noviembre de 2013

You Only Live Once, siglo XIX


        Si hay alguien que respondería a las etiquetas de yolo, swag, life fast and die young y demás memeces de ahora en la Francia de finales del siglo XIX sería, sin ningún tipo de duda, Arthur Rimbaud. La pequeña diferencia sería que Rimbaud no era un estúpido.



Nacido en el seno de una familia burguesa, el enfant terrible fue una de las figuras más importantes de la Francia del final del siglo XIX.  "Todo menos trabajar" era su lema, y así fue, al menos durante la primera parte de su vida. Fue un alumno destacado en el colegio municipal de Charleville donde ya demostró desde muy joven sus dotes para la poesía. Al estallar la Comuna de Paris (1971) decidió escaparse de su casa por enésima vez para ver el conflicto desde cerca. Allí es donde, con 17 años, conocerá a Paul Verlaine, diez años mayor que él.
“Aborrezco cualquier oficio. Patronos y obreros, todos iguales, paletos e innobles. Tanto da la mano con pluma que con arado. -¡Vaya siglo de manos!- Yo jamás poseeré mi mano.”
El círculo de intelectuales parisinos acogió a Rimbaud como a un hijo pródigo, pues su destreza con las letras les había impresionado teniendo en cuenta su precocidad. Victor Hugo creador de “Les miserables” llegó a llamarle “Shakespeare niño”. Un año después de su llegada a París, nuestro querido personaje ya era más conocido por sus escándalos que por sus poemas, vagabundeaba por la ciudad y se había convertido en un alcohólico y en un consumidor habitual de hachís. Después de herir a un fotógrafo con una vara metálica, tuvo que volver a Charleville por la indignación de buena parte de la clase acomodada.
“Antaño, si no recuerdo mal, mi vida era un festín en el que todos los corazones se abrían, en el que vinos de todas las clases fluían sin cesar.”
Al poco tiempo Rimbaud volvió a París e inició una relación con Paul Verlaine, éste renunció a su esposa y sus hijos para iniciar una de las relaciones más tormentosas que ha habido. Vivieron en Londres durante una temporada en un lindar muy cercano a la pobreza, durante esa época Rimbaud se entretenía humillando a Verlaine, hasta que Verlaine se cansó e intentó volver con su esposa. Rimbaud volvió a París y tuvo otro enfrentamiento con Verlaine e incluso le disparo en la muñeca. Verlaine pasaría dos años en prisión y Rimbaud volvería a Charleville, su pueblo natal. Esta relación se ha llevado a la gran pantalla con un resultado irregular en Vidas al límite (1995), con un joven Leo DiCaprio en el papel de Rimbaud.

Durante su estancia en Charleville, Rimbaud escribiría una de las mejores colecciones de poemas en lengua francesa del siglo XIX, Una temporada en el infierno (Une Saison en enfer), con permiso de Les fleurs du mal de Charles Baudelaire. Después volvió a Londres con un amigo poeta y escribió Iluminaciones. Y c’est fini. La carrera literaria de Arthur Rimbaud terminó a sus 20 años.

“Pero por ahora, estoy maldito, y me horroriza la patria. Lo mejor es echarse a dormir completamente borracho, en la playa.”

En el resto de su vida siguió haciendo lo que le dio la gana, recorrió Europa a pie, se alistó en el ejército holandés para ir a Indonesia donde desertó, vivió durante un tiempo en Yemen y más tarde fue traficante en armas en Etiopía. Le tuvieron que amputar la pierna por sinovitis y murió en Francia a la edad de 37 años. Pero para la historia literaria quedaron sus escritos los cuales realizó todavía siendo un adolescente.

“¿A quién debo acomodarme? ¿Qué animal hay que adorar? ¿Qué santa imagen atacar? ¿Qué corazones habré de romper? ¿Qué mentira debo sostener? - ¿Sobre qué sangre caminar?”

PD: todas las frases entrecomilladas son fragmentos de “Una temporada en el Infierno”. 

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