Drácula es, probablemente, el clásico de terror más famoso junto con Frankenstein, el más adaptado en la gran pantalla y me atreveré a decir que el mejor que se ha escrito.
Aun así no fue la primera novela de vampiros, como se acostumbra a pensar. Existen varios relatos anteriores que tratan el tema del vampirismo, entre ellos “Carmilla” de J.Sheridan Le Fanu. Lo que sí es cierto es que fue la novela que lo popularizó.
Su escritor, Bram Stoker, concibió su mítico personaje inspirándose en Vlad Tepes, un antiguo Príncipe de Valaquia (Rumanía) que vivió en el siglo XV y era famoso por la brutalidad con la que torturaba a sus enemigos.
De todas las adaptaciones cinematográficas que se han hecho de Drácula, ninguna ha logrado transmitir de forma correcta la historia. La más lograda quizás sea la película de Francis Ford Coppola, pero incluso la suya sigue siendo insuficiente.
La historia empieza con su protagonista Jonathan Harker, un pasante que es enviado a concluir unas negociaciones en Transilvania, donde cierto Conde desea adquirir unas propiedades en Londres. Misteriosamente, el antecesor en el cargo del protagonista ha desparecido por completo.
Cuando llega a Transilvania y sus habitantes descubren que Harker quiere ir al castillo del Conde estos le advierten de que el Conde está maldito y le piden abandone su propósito. Él, que no es supersticioso, les hace caso omiso.
Después de un largo viaje en diligencia conducida por un extraño conductor llega al castillo, el conductor desaparece sin dejar rastro. El castillo tiene una apariencia siniestra.
Después del recibimiento por parte del Conde, es instalado en una habitación con la advertencia de que ésta es la única segura para él.
Al poco tiempo Drácula convierte en prisionero a nuestro protagonista y lo obliga a escribir cartas a sus seres queridos diciéndoles que su estancia en el castillo se alargará. Éste comienza a ver facetas inquietantes de la vida nocturna de Drácula.
Más tarde, una nave rusa aparece en las costas del hogar del pasante durante una terrible tempestad. Toda la tripulación ha desaparecido y solo se encuentra el cuerpo del capitán atado al casco de la nave junto con su diario.
En cuestiones de estilo es importante remarcar que el libro está escrito en forma de diarios y notas, la mayoría de personajes tienen el suyo y van contando la historia desde sus vivencias, forma que hace la lectura más amena y misteriosa. Su extensión es de unas 400 pág. de media, dependiendo de la edición.
Lo que más me sorprendió de este libro al leerlo es la facilidad que tiene para crear una atmósfera opresiva, densa y opaca. No creía posible tanta inmersión en un libro hasta que leí el clásico de Bram Stoker.
Si son partidarios de escuchar música mientras leen les recomiendo encarecidamente que se pongan Atrium Carceri u otros artistas del género Dark Ambient, una experiencia única.
Para concluir, os animo a leer esta novela y os aconsejo que no os contentéis con una adaptación cinematográfica.
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