sábado, 12 de octubre de 2013

¿Hay alguien ahí?



“¿Quién debe estar detrás de estas páginas que me hacen reír, llorar, estremecerme y, en definitiva, encandilarme con solo palabras?” Eso es lo que mucha gente se pregunta cuando están leyendo un libro que realmente les está cautivando. En la mayoría de los casos, la respuesta se encuentra en las primeras páginas del libro, donde una fotografía del autor y una escueta, pero completa y verificada biografía aclaran nuestra duda.

Pero no siempre es así, hay veces en las que por el carácter introvertido del escritor o por cualquier otra razón, deciden quedarse en el anonimato. Sin contacto con sus lectores, así es como han decidido vivir escritores tan importantes del siglo XX como Salinger, Pynchon o McCarthy. Pese a eso, son ampliamente conocidos en el mundo literario y sus ventas son un gran negocio para sus editoriales.

El más curioso de todos ellos probablemente sea el caso de J.D. Salinger. Tras luchar en la Segunda Guerra Mundial escribió lo que sería uno de los libros más leídos del pasado siglo, El guardián entre el centeno, publicado en 1951, además de numerosos cuentos y novelas cortas. Pero justo cuando estaba en lo más alto y con un gran éxito, decidió que la fama no era para él y permaneció inédito 45 años. Murió en 2010 por causas naturales y se dice que durante ese periodo de tiempo escribió varios libros que todavía no han visto la luz.

Otro caso parecido es el de Thomas Pynchon, del que apenas se conoce su aspecto (solo se conservan unas pocas fotografías de cuando era joven). A diferencia de Salinger, Pynchon siempre ha estado en el anonimato y se sabe bien poco de su vida. Al parecer estudió en Cornell, donde llegó a recibir clases de Vladimir Nabokov y también trabajó durante un par de años en la empresa Boeing. Todo lo demás concerniente a su vida privada es un misterio. Cuando recibió el National Book Award por su libro El arcoiris de la gravedad, envió a un cómico a que lo recogiera por él. Su nombre aparece periódicamente entre los más firmes candidatos para conseguir el premio Nobel, esperemos que lo gane algún año y con suerte, ver por fin quien hay detrás de unos libros por los que ha llegado a ser considerado uno de los mejores escritores norteamericanos actuales.

Thomas Pynchon en la serie los Simpsons

No deja de ser curioso como en un mundo como el que vivimos, donde la privacidad cada vez queda más reducida y donde la gente hace lo que sea por conseguir la fama, todavía quedan personas que han decidido aislarse de todo eso y vivir en paz pese a la gran repercusión que ejercen cada una de sus obras.

Probablemente nunca sabremos quién hay detrás de esos libros, pero en mi opinión, eso solo hace que aumentar su fama. El hecho de que no se dejen ver es un aliciente más para leer sus libros y ver que escriben esos escritores “ermitaños”. Y es que en general, lo desconocido atrae, quizás por el morbo, quizás por su propia esencia anónima y oculta, pero lo que está claro es que todos los artistas que se mantienen ocultos tienen toda una legión de seguidores que, aún que no saben exactamente quien hay detrás de sus obras, tienen una ferviente pasión por ellas y los han convertido en autores de culto.




No querría acabar la entrada sin mencionar a Cormac McCarthy. Sin llegar a los casos de aislamiento de los anteriores, McCarthy también prefiere estar lejos del foco de las cámaras y de la fama. Por norma solo concede una entrevista cada 10 años, la última ante Oprah Winfrey en la televisión nacional. Lo más interesante de él es su pasado que, aún hoy, mantiene un aura de misterio a su alrededor y probablemente sea el sueño de muchos biógrafos. Al parecer vivió bajo una torre de perforación petrolífera y en la mayor parte de su vida, ha llevado una vida de vagabundo. Poco más se conoce del autor conocido por novelas como La carretera, No es país para viejos o Meridiano de Sangre.

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