viernes, 11 de octubre de 2013

La carta (The Letter, 1940) de William Wyler




"Nadie ha sabido contar una historia en el cine mejor que Wyler." 

André Bazin.


La esposa del propietario de una plantación de caucho en Malasia (Bette Davis) asesina a un hombre, aludiendo defensa propia. Pero, durante la espera del juicio, aparece una comprometedora carta que pone en entredicho la versión de la protagonista.


El extraordinario realizador William Wyler, nos ofrece una meticulosa puesta en escena en un impactante film que, pese a quedarse entre el thriller y el drama judicial, resulta una obra de gran fuerza visual y tempo narrativo. Como siempre, el director Alsaciano trabaja con seguridad sobre sus personajes y sostiene la trama de forma ejemplar. Posiblemente, estamos ante uno de los mejores trabajos de Wyler, y, sin duda, ante uno de los más conocidos por el gran público. 

El guionista Howard Koch adapta la obra teatral de W. Somerset Maughan, lo cual sirve para llevar a la gran pantalla la historia de desdicha amorosa y de necesidad posesiva de aquello que ama la fría y calculadora protagonista.


Además del elaborado guión, cabe destacar la expresividad de la excelente fotografía en blanco y negro (a cargo de Tony Gaudio), la banda sonora original del gran Max Steiner, y el trabajo de todos los actores (Herbert Marshall, James Stephenson, Frieda Inescor, etc.), que se muestran intratables en la interpretación de sus personajes. Por encima de todos, eso si, resulta inevitable hablar de la sublime Bette Davis, que interpretando a un personaje que parece hecho para ella, ofrece un trabajo intachable.

Algunos de los momentos más destacables del film son la escena inicial del asesinato, las apariciones de la esposa asiática del difunto y el momento en que el marido de la protagonista (Herbert Marshall), conoce el contenido de la famosa carta, escena de gran tensión dramática.


Seguramente, Wyler es uno de los maestros más infravalorados de la historia del cine, y esto se debe a su academicismo. Pero hay que tener presente que además de un gran talento, poseía un enorme sentido de la dirección y realización cinematográfica, hecho que le sitúa entre los más grandes.

En definitiva, pese a algunos puntos débiles ya citados, nos encontramos ante un intenso melodrama que resulta indispensable visionar para todo aquel amante del buen cine que se precie.





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