Pese a ser un premio abstracto, “La gran novela americana” es
probablemente el mayor reconocimiento que un escritor norteamericano
puede obtener por su obra. Sueño de todo joven escritor y
frustración de aquellos que no lo han conseguido, escribir la gran
novela americana implica una aclamación prácticamente unánime
tanto por parte de la crítica especializada como del público. Sin
discusión forman parte de este selecto club "Moby Dick" de Herman Melville, "Las aventuras de Huckleberry Finn" de Mark Twain y "El Gran Gatsby" de Scott Fitzgerald entre otros.
Detrás de todos estos clásicos
indiscutibles, existe un gran número de libros que se encuentran en
una especie de limbo entre el selecto club de las grandes novelas
americanas y obras con gran importancia dentro de la cultura
estadounidense, sería el caso de “Lolita” de Vladimir Nabovok,
“On the road” de Kerouac o “La conjura de los necios” de John
Kennedy Toole. Quisiera romper una lanza a favor de éste último ya
que, además de ser un libro de una calidad excepcional, contiene una
trágica historia.
La conjura de los necios es la
obra magna de John Kennedy Toole, una disparatada novela que tiene
lugar en Nueva Orleans, con personajes cómicos cuyas acciones rozan
en ocasiones el surrealismo. La crítica describió al personaje de
“La conjura de los necios”, Ignatius Reilly, como un híbrido
entre Don Quijote y Oliver Hardy (el gordo de “el gordo y el
flaco”). Nada más lejos de la realidad, Ignatius es un treintañero
que está escribiendo una gran obra (según él) que abrirá los ojos
a la sociedad norteamericana. El personaje vive con su madre y se ve
obligado a ayudar económicamente en casa, por lo que busca trabajos
de lo más sórdidos. El más hilarante es el de vendedor de perritos
calientes ambulante por un barrio decadente de Nueva Orleans.
"Puede
que su hijo haya estudiado demasiado para su propio bien. En las
universidades hay muchísimos comunistas. Puede que ése sea el
problema de Ignatius. Es muy propio de un comunista tratar mal a su
mamá."
Aunque el libro solo deja lugar a
la carcajada, la historia del escritor no fue por el mismo camino:
John Kennedy Toole se suicidó a los 32 años sin ver su obra
publicada después de recibir varios rechazos de distintas
editoriales. Unos años después, su madre envió la obra a un editor
para que la publicara, éste al ver la calidad de la novela que tenía
delante no dudó en editarla y que saliera al mercado. Enseguida
causó furor y al año siguiente ganó el Pullitzer y el premio a la
mejor novela extranjera en Francia. En España ha sido uno de los
libros más vendidos de la editorial Anagrama y se siguen haciendo
reediciones.
Estatua de Ignatius Reilly en Nueva Orleans |
No
deja de ser curioso que John kennedy Toole haya conseguido la fama
después de su muerte, y es que probablemente con ella no hubiera
acabado su vida de tan trágica manera. Hay rumores que dicen que su
madre fue la causa de su depresión al tener un carácter
muy dominante y no dejarle abrir sus sentimientos hacia otras
personas, otros por su homosexualidad latente. Sea como fuere, el
suicidio de JKT nos ha privado de uno de los mejores escritores
norteamericanos del siglo XX del que, sin embargo, siempre nos
quedarán las desventuras de Ignatius Reilly.
- Podrías descansar una temporada en el pabellón psiquiátrico
cariño.
-¿Como? Jamás. Intentarían convertirme en un subnormal enamorado de la televisión y de los alimentos congelados. ¿No comprendes? La psiquiatría es peor que el comunismo.
-¿Como? Jamás. Intentarían convertirme en un subnormal enamorado de la televisión y de los alimentos congelados. ¿No comprendes? La psiquiatría es peor que el comunismo.
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