martes, 20 de enero de 2015

Aparajito (El invencible) (Aparajito, 1957) de Satyajit Ray



"Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora."


Proverbio hindú



Segunda parte de la Trilogía de Apu de Satyajit Ray. El joven protagonista de la historia y sus padres se han trasladado a Benarés en busca de una vida mejor, pero la enfermedad y muerte de Harihar (Kanu Bannerjee), padre de Apu, les obligará a volver al campo. Allí, el interés del niño por las ciencias se irá despertando hasta el punto de que, pasados unos años, querrá viajar a Calcuta para seguir con sus estudios. Este viaje supondrá la soledad absoluta de su madre, Sarbojaya (Karuna Bannerjee).


Aparajito es una más que digna continuación del clásico Pather Panchali con el que Satyajit Ray había sorprendido al mundo del cine. Si bien es cierto que este segundo filme no alcanza las estremecedoras cotas de lirismo del primero, eso no quita que estemos ante un excelso drama que nos habla, nuevamente con sabiduría y maestría, acerca de unos seres humanos, sus circunstancias y las de su tierra.

La película se inicia con un seguido de planos de la ciudad de Benarés con los que Ray deja claro que la vida lejos del campo tampoco será fácil para la familia. A continuación, los tres personajes nos son presentados: Apu juega por las calles de la ciudad con los ojos bien abiertos, como los de quien está descubriendo un nuevo mundo; su padre ejerce de sacerdote a las orillas del río Ganges, actividad que le reporta algún dinero; y su madre se dedica a las laboriosas tareas del hogar. Si bien podría pensarse que su situación es estable, la repentina muerte de Harihar asolará a la familia, y convencerá a Sarbojaya de que lo mejor es regresar al campo con sus parientes. Allí la historia dará un vuelco y encararemos la verdadera trama de la película, que no es otra que la difícil relación entre un hijo deseoso de aprender y conocer mundo y una madre que teme quedarse definitivamente sola.


Pasados unos años los temores de Sarbojaya se hacen realidad y Apu consigue una beca para estudiar en Calcuta. Con su hijo lejos, la enfermedad la alcanzará también a ella, y su única esperanza será el lejano tren que pasa día tras día y que podría retornarle a su estimado hijo. Por otro lado, asistiremos a las dificultades que afronta Apu al sumergirse en el mundo de las ciencias mientras trabaja de noche en una imprenta para tener algún sustento. 

Toda esta narración, conducida de manera inmejorable por el director de la cinta -uno de los hombres que mejor han sabido contar una historia tras una cámara de cine-, gira entorno no sólo a la realidad de los protagonistas, sino a la de todo un país, la India. Así lo demuestra el enorme peso que otorga Ray al contexto en que viven sus protagonistas, hablándonos acerca de cuestiones tan humanas como la soledad, el aprendizaje, el temor o el amor materno, y a su vez de la importancia del progreso económico y científico de su país.


En definitiva, Aparajito es una sensacional obra cinematográfica, repleta de sabiduría y momentos imborrables -como la muerte de Harihar o la desesperación de Sarbojaya ya en el tramo final de la cinta- que además fue la primera producción hindú en lograr el León de Oro en Venecia. Una obra maestra.





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