Siempre fiel a mi cita
anual con Woody Allen y todavía encantado por lo bonita (y
dramática) que fue Blue Jasmine, decidí hacer caso omiso a las
críticas que decían que la nueva película del director neoyorquino
no valía la pena y me fui a ver su nuevo film llamado 'Magic in the
Moonlight'.
He de reconocer que soy
un gran fan de Woody Allen, pero también soy muy crítico con algunas
de sus películas contemporáneas ('Vicky Cristina Barcelona' y 'A
Roma con amor' me parecen infumables), así que no me importaba rajar de
su nueva película, pues siempre me quedarán sus clásicos para
verlos una y otra vez. Pese a eso, 'Magic in the Moonlight' no estará
entre los fracasos de Woody Allen (tampoco entre los grandes éxitos),
y la razón es que es una película sencilla, divertida y amena pero
con un pequeño defecto: al igual que el protagonista, se trata de
creer o no.
La historia se sitúa en
un momento y lugar histórico que no es nuevo para Woody Allen: la
Francia de los años 20. La historia la protagoniza un mago (Colin
Firth) conocido en todo el mundo por sus espectaculares trucos de
magia que, convencido por un amigo, se decide a desenmascarar a una
médium (Emma Stone) que dicen que puede hablar con los muertos.
Entre estos dos personajes surgirá una curiosa historia de amor que
trastocará las ideas preconcebidas del mago, siempre anclado en la
razón y en la idea de que la muerte es el final del viaje.
La película está
impecablemente ambientada, con unos coches remodelados al más puro
estilo Gran Gatsby y con una banda sonora llena de jazz que ayuda a
que el ya de por sí escaso metraje de las películas de Woody Allen,
sea aún más llevadero.
Los actores están
correctos y en algunos momentos llega a haber cierta química entre
ellos (escena del observatorio), pero tampoco hay ninguna actuación a destacar. Uno no puede dejar de pensar que el papel de
Colin Firth, malhumorado, neurótico e inteligente está escrito
para que sea el propio Woody Allen el que lo interprete, tal y como
hemos visto tantas otras veces. Si sólo tuviera 30 años menos... En
cuanto a Emma Stone, decir que está bastante aceptable en su papel
de médium, parece incluso que a Woody Allen le ha gustado mucho ya que la
ha hecho su nueva actriz fetiche y está confirmada para la
próxima película del director, todavía sin título, que saldrá a finales de este año y
que coprotagonizará con Joaquin Phoenix.
En resumen, Magic in the
Moonlight es una película entretenida, en ciertos momentos graciosa,
con unas maravillosas vistas a la costa azul y que sí, hacedme caso,
vale la pena ver.
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