martes, 2 de diciembre de 2014

El jardín de las delicias (1500-1505) de El Bosco

Hieronymus Van Aken (1450-1516) o mejor conocido como El Bosco, fue un pintor flamenco que compartía las preocupaciones en materia de religión, pecado y sexo manifestadas en el movimiento coetáneo de la devotio moderna, extendida por los Países Bajos. Esto se puede ver reflejado en sus obras, concretamente en El jardín de las delicias.


El jardín de las delicias es un tríptico adquirido por Enrique Nassau, después por Enrique de Châlons y, al fallecer éste en 1544, por su sobrino Guillermo de Orange. Pasó después a manos del rey Felipe II de España, que lo guardó en 1593 en el Monasterio de El Escorial. Considerada como una de las obras más fascinantes, misteriosas y atrayentes de la historia del arte, el cuadro forma parte de los fondos de la exposición permanente del Museo del Prado de Madrid, donde ingresó como depósito del Patrimonio Nacional en 1939.

El cuadro cerrado en su parte exterior representa un globo terráqueo dentro de un esfera transparente. El mundo de El Bosco sigue las convenciones de la época: la tierra es plana, con agua alrededor y con abundante vegetación, rodeada de una esfera pero sin Sol ni Luna y con reflejos luminosos para dar la impresión de ser cristalina y traslúcida. Tradicionalmente, la imagen se ha interpretado como el tercer día de la creación. El número tres era considerado un número completo, perfecto, ya que en sí mismo encierra el principio y el fin. En la esquina superior izquierda, aparece una pequeña imagen de Dios, con triple corona y la Biblia sobre las rodillas. En la parte superior se puede leer la frase en latín, extraída del salmo 33,  «Él lo dijo, y todo fue hecho. Él lo mandó, y todo fue creado».

File:Hieronymus Bosch - The Garden of Earthly Delights - The exterior (shutters).jpg

En la zona inferior del panel izquierdo aparecen Dios, Eva y Adán. Adán está despierto y Dios, representado como Jesucristo, le está presentando a Eva, recién creada. En el plano medio, El Bosco incluye la fuente de los cuatro ríos del Paraíso, a la izquierda el drago, un árbol procedente de Canarias que se asocia con el árbol de la vida, y a la derecha el árbol de la ciencia del bien y del mal, con la serpiente enrollada en el tronco.


Sin embargo, lo que a primera vista puede parecernos una típica escena del Paraíso, esconde numerosos detalles que rompen la paz. Tanto el pecado femenino como el masculino aparecen representados a través de los animales. Anfibios, reptiles, insectos y peces en el primer caso, ya que la tierra y el agua, como elementos pasivos, se relacionaban con la mujer y el recibimiento de la semilla. Aves, insectos voladores y murciélagos están relacionados con el segundo caso pues el aire y el fuego, elementos activos, estaban relacionados con el hombre. Además podemos ver distintas representaciones del diablo como por ejemplo, la que se nos presenta en una roca antropomorfa, de la que surge la serpiente que inducirá al pecado original. 


File:Hieronymus Bosch 018.jpg    File:The Garden of Earthly Delights (detail) by Hieronymus Bosch 022.jpg

En el panel central encontramos un falso paraíso en el que la humanidad ya ha sucumbido al pecado, especialmente a la lujuria, y se dirige a su perdición. Aparecen tanto hombres como mujeres, blancos y negros, desnudos. Se muestran todo tipo de relaciones sexuales y escenas eróticas, principalmente heterosexuales, pero también homosexuales y onanistas. También aparecen relaciones eróticas o sexuales entre animales, e incluso entre plantas. En la parte superior el pintor incluye cinco construcciones fantásticas sobre el agua, la central similar a la fuente de los cuatro ríos del panel del Paraíso, aunque resquebrajada. Se alude con ello a su fragilidad, al carácter efímero de las 'delicias' que gozan los seres humanos que pueblan este jardín.



Todas las frutas que aparecen (cerezas, frambuesas, fresas, uvas, madroños, etc.) son una clara alusión a los placeres sexuales. Pero, al mismo tiempo, las frutas simbolizan la fugacidad de dicho placer, pues pasan en unos días de la frescura a la putrefacción. También hay pájaros de grandes proporciones, sobretodo a la izquierda. Estas aves, como el petirrojo, son también símbolos eróticos.

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En el centro de la tabla aparece un estanque, cuya forma circular queda subrayada por un cortejo de jinetes, compuesto casi exclusivamente por hombres desnudos montados en animales variados, reales o fantásticos. Se ha considerado que podría ser el «estanque del adulterio», en el que, mientras los hombres cabalgan en círculo alrededor, las mujeres se bañan, y llevan tocados de cuervos (incredulidad), pavos (símbolo de vanidad), ibis y otros. Detrás hay un estanque en el que flota un enorme globo gris azulado, utilizado para realizar acrobacias. 

Chocan sobremanera las enormes dimensiones de los animales y las plantas que llegan incluso a sobrepasar la estatura de los hombres. Es la idea del mundo al revés, muy presente en el lenguaje iconográfico y literario de la época (La nave de los necios de Sebastian Brandt o el Elogio de la locura, de Erasmo). Hay una obsesión por presentar animales y personas en posiciones invertidas. Otro elemento clave de la tabla es la indiferenciación sexual. Apenas distinguimos a los hombres de las mujeres. Los únicos signos de diferenciación entre los dos sexos son los pechos femeninos (nunca demasiado voluptuosos) y los genitales masculinos.

En la parte inferior aparece una mujer tumbada y escondida en una cueva, siendo señalada por un hombre. La interpretación más generalizada es que se trata de Eva, acusada por San Juan Bautista de expandir el pecado. El santo solía aparecer con la piel deshilachada y señalando al Cordero Divino, es decir, aquel que limpió el mundo de pecados. Sin embargo, aquí señala a Eva, la responsable según el cristianismo, de traer el mal. Además, en la esquina inferior izquierda, hay un grupo de hombres que están señalando hacia la tabla anterior, en especial a Eva, lo que se ha interpretado de nuevo como una clara acusación a la mujer como responsable de todos los males.

Se representa un universo de felicidad, sin dolor, enfermedad ni muerte. No se representa el paso del tiempo (no hay niños ni ancianos) y tampoco se ve a nadie trabajando. Hay teorías que dicen que se estaría representando el paraíso ideal tal como, según el cristianismo, lo creó Dios, es decir, el que hubiera existido si Eva no hubiera pecado.

File:Hieronymus Bosch 035.jpg

En el panel derecho aparece el infierno o también conocido como el Infierno musical, por la cantidad de instrumentos que hay representados. En la parte superior del panel se ve la típica imagen del infierno, con fuego y torturas. Ese incendio, que realmente representa el paisaje nocturno de una ciudad en llamas, se ha relacionado con un trauma del pintor, que vio cuando era niño como su localidad natal era pasto del fuego. La crítica parece coincidir en que el cuchillo unido a las dos orejas es un genital masculino, mientras que la gaita que un monstruo sostiene sobre la cabeza podría ser un elemento homosexual o, tal vez, femenino.

File:Hieronymus Bosch - The Garden of Earthly Delights - Hell.jpg

La parte central está llena de criaturas fantásticas, en la que destaca un hombre-árbol. Se ha interpretado como un autoretrato del autor, que se tapa con una venda una llaga producida por la sífilis. Sobre la cabeza lleva un disco, en el que bailan pequeños monstruos junto a una gaita. Su pecho, abierto, alberga una cáscara de huevo con más seres, condenados a comer sapos y otros animales inmundos por su gula. Debajo de él hay un lago helado que se resquebraja mientras algunos condenados patinan sobre él. En época medieval se consideraba el contraste entre el frío y el calor como una de las torturas infernales, en este caso para los envidiosos. El personaje principal de la escena tiene cabeza de ave y con una caldera. Podría ser Satanás, que devora a los condenados y los defeca en un pozo negro mientras otros vomitan o expulsan oro, lo que alude al pecado de la avaricia. Bajo el manto de Satanás una mujer desnuda es forzada a mirarse en un espejo convexo colocado en las nalgas de un demonio, relacionado con la soberbia.

File:Hieronymus Bosch 040.jpg

En la parte inferior a la izquierda aparece un grupo de jugadores (hay dados, naipes, tablero, una mujer desnuda portando una jarra) atormentados y torturados por demonios en medio de un gran caos, todo lo cual alude a la pereza y la gula. A la derecha, se ve a un hombre abrazado por un cerdo con velo de monja, probablemente aludiendo a la lujuria. Justamente en esta parte del cuadro se descubrió una partitura, divida entre las nalgas de un condenado y un libro. Los responsables del hallazgo fueron dos estudiantes de Oklahoma, que también adaptaran la melodía a una notación moderna y la tocaron al piano. 

Partitura en El jardín de las delicias de El Bosco


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