"La vida no es más que una sombra en marcha; un mal actor que se pavonea
y se agita una hora en el escenario y después no vuelve a saberse de
él: es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que
no significa nada"
Tres brujas predicen a Macbeth, un destacado general del ejército del Rey Duncano, que próximamente será proclamado Señor de Glamis, de Cawdor y Rey de Escocia. Al jinete que le acompaña, el general Banco, le dicen que será padre de reyes. Cuando Lady Macbeth oye la historia, empieza a manipular a su débil -en espíritu- marido. Poco después, asesina al Rey y acusa a su hijo Malcolm, dejando así el camino libre para la coronación de Macbeth.
Pero la locura de Lady Macbeth no termina ahí y ordena el asesinato de Banco y su hijo, que finalmente consigue huir. Esta situación no hace más que acrecentar la desesperación y paranoia del Rey Macbeth. La única solución que encuentra es la de preguntar nuevamente por su futuro a las tres brujas.
-Macbeth (ídem, 1948) de Orson Welles
Esta película supuso la primera incursión de Orson Welles en la obra de Shakespeare y también la primera gran adaptación de la tragedia que nos ocupa. Rodada en tan solo un mes y con un presupuesto irrisorio, la cinta fue todo un fracaso incomprensible de crítica y público. Con el paso del tiempo, ha alcanzado la reputación que merece, que no es otra que la de obra maestra de rigor y fuerza visual incuestionable.
-Trono de sangre (Kumonosu-jô, 1957) de Akira Kurosawa
Ambientada en el Japón feudal y con dos samuráis como protagonistas, esta indiscutible obra maestra es una libre adaptación del clásico de Shakespeare por parte de Akira Kurosawa, otro gran maestro del cine admirador del poeta inglés. En ella encontramos algunos de los momentos más brillantes del cine del Emperador nipón y también una de las más destacables interpretaciones de Toshiro Mifune, que ya es decir. Imprescindible.
-Macbeth (The Tragedy of Macbeth, 1971) de Roman Polanski
Producción británica dirigida por Roman Polanski tan solo un año después de que su mujer, Sharon Tate, y su hijo nonato fueran asesinados brutalmente por la cuadrilla de Charles Manson. Esta terrible circunstancia, sin duda, influyó en la crudeza de esta sangrienta y amarga revisión del clásico. No se trata de la película más destacable del director parisino, pero resulta recomendable.
-Macbeth (ídem, 1982) de Béla Tarr
Adaptación de la obra clásica realizada por un joven Béla Tarr -hasta ese momento había dirigido sólo tres filmes- para la televisión húngara. La película destaca por estar estructurada en dos únicas escenas, una inicial de cinco minutos y otra de sesenta y siete. Tarr rompiendo moldes y ejecutando eternos planos secuencia, un avance de lo que sería su obra posterior.
Esta película supuso la primera incursión de Orson Welles en la obra de Shakespeare y también la primera gran adaptación de la tragedia que nos ocupa. Rodada en tan solo un mes y con un presupuesto irrisorio, la cinta fue todo un fracaso incomprensible de crítica y público. Con el paso del tiempo, ha alcanzado la reputación que merece, que no es otra que la de obra maestra de rigor y fuerza visual incuestionable.
-Trono de sangre (Kumonosu-jô, 1957) de Akira Kurosawa
Ambientada en el Japón feudal y con dos samuráis como protagonistas, esta indiscutible obra maestra es una libre adaptación del clásico de Shakespeare por parte de Akira Kurosawa, otro gran maestro del cine admirador del poeta inglés. En ella encontramos algunos de los momentos más brillantes del cine del Emperador nipón y también una de las más destacables interpretaciones de Toshiro Mifune, que ya es decir. Imprescindible.
-Macbeth (The Tragedy of Macbeth, 1971) de Roman Polanski
Producción británica dirigida por Roman Polanski tan solo un año después de que su mujer, Sharon Tate, y su hijo nonato fueran asesinados brutalmente por la cuadrilla de Charles Manson. Esta terrible circunstancia, sin duda, influyó en la crudeza de esta sangrienta y amarga revisión del clásico. No se trata de la película más destacable del director parisino, pero resulta recomendable.
-Macbeth (ídem, 1982) de Béla Tarr
Adaptación de la obra clásica realizada por un joven Béla Tarr -hasta ese momento había dirigido sólo tres filmes- para la televisión húngara. La película destaca por estar estructurada en dos únicas escenas, una inicial de cinco minutos y otra de sesenta y siete. Tarr rompiendo moldes y ejecutando eternos planos secuencia, un avance de lo que sería su obra posterior.
"Esa engañosa palabra mañana, mañana, mañana, nos va llevando por días al sepulcro, y la falaz lumbre del ayer ilumina al necio hasta que cae en la fosa."
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