Hoy hace 4 años se
emitió el último capítulo de Lost. Capítulo del que hoy todavía
se habla y se seguirá hablando muchos años más por su desacertado
o enigmático final. Fobias aparte, la serie de JJ Abrams rompió
moldes y creó toda una legión de fans en todo el mundo haciendo
elucubraciones sobre los números, el humo negro y los osos polares.
Lost se estrenó el 22 de
septiembre de 2004 en el canal ABC consiguiendo una audiencia de casi
19 millones de espectadores, dicho capítulo fue el piloto más caro
de la historia de la televisión hasta ese momento con un coste de 11
millones de dólares. La historia de la serie es conocida por todos: en el vuelo 815 de Oceanic Airlines de Sidney a Los Ángeles, un
Boing 777 se estrelló en una misteriosa isla en medio del Pacífico
que no aparecía en los mapas. Los supervivientes de ese accidente
pronto verán que aquella isla no es como las demás y que en ella
ocurren fenómenos paranormales.
La serie cuenta no con
una estructura líneal de los acontecimientos, los flashbacks son muy
utilizados durante todas las temporadas, también los flashforwards
en la segunda mitad de la serie e incluso los flash sideways en la
sexta y última temporada. Es difícil pensar en una serie
contemporánea en la que tantos misterios se sucedan y en algunos
incluso no haya explicación. Esa es probablemente uno de los filones
de la serie, el saber qué pasará en el siguiente capítulo, pues
todo está abierto. Al más puro estilo telenovela vamos.
La serie llegó a un
punto de adulación y, por qué no, de frikismo que no se ha vuelto a
ver, quizá Breaking Bad podría pisarle los talones. Durante la
emisión de la serie, surgieron los autodenominados “Losties”,
nombre surgido de los Trekkies, fans de la serie Star Trek, cosa que
nos da una imagen de la magnitud de la ficción creada por JJ Abrams.
Estos fans incondicionales de la serie veían los capítulos una y
otra vez para ver si se les había pasado algo que pudiera ser clave
para descifrar el entramado de la serie, compraban merchandising de
la inciativa Dharma y debatían sobre si Jack o Sawyer y sobre si
Locke o Linus. Incluso se creó una wikipedia sobre Lost, la llamada Lostpedia.
Frikis a un lado, es
digno de un estudio sociológico todo lo que movió la serie durante
sus 121 capítulos y especialmente durante los últimos. La cadena
Cuatro, consciente de que la mayoría de Losties veían la serie por
Internet, decidió emitir el último capítulo con sólo media hora
de retraso que en Estados unidos para poner los subtítulos. Así que
ahí estábamos la madrugada del 23 de mayo de 2010 en nuestras casas
con litros de café, siendo testimonios de un acontecimiento
televisivo. Hay que decir que incluso se habilitaron cines en España
para que se pudiera ver el final de Perdidos.
Resultado: fracaso
estrepitoso. Un final que no dejó indiferente a nadie y que es, para
muchos, uno de los peores finales de la historia de la pequeña
pantalla. Cuatro tampoco se salvó de la quema pues hubo 6 minutos
que quedaron sin subtítulos, cosa que produjo la ira de los
seguidores en las redes sociales. Pero el fracaso de Cuatro siguió
más adelante, inmediatamente después del capítulo final, reunieron a unos
ilustres invitados en un plató para que expusieran sus impresiones
del capítulo. Entre esos ilustres invitados se encontraba Flippy del
Hormiguero. Quizás mi memoria me juega una mala pasada después del
enfado del capítulo final, pero aquella fue la peor tertulia que he
visto en mi vida.
Cuatro años después de
aquel último capítulo, es innegable la influencia que ha tenido Lost en la
cultura popular y pese a aquel final (en mi opinión, poco
concluyente), todos los que nos levantamos temprano para verlo sabemos que, para bien o para mal, fuimos testigos de la
historia de la televisión.
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