sábado, 14 de marzo de 2015

Descubriendo a Franz Liszt



A menudo considerado como la figura central del romanticismo, Franz Liszt fue el virtuosismo encarnado. Incorporó la virtuosidad como elemento dramático esencial en la música. Su infatigable trabajo ilustró a las posteriores generaciones de pianistas y compositores convirtiéndose en uno de los autores más alabados de todos los tiempos.





La fuerza de la música instrumental permite irradiar las emociones y el brillo en su propio carácter, sin presumir de mostrar como real o imaginario ninguna representación. 





Mi mente y mis dedos han trabajado como condenados. 
A menos que me vuelva loco, hallaréis un artista en mí.





Llevo una profunda tristeza en el corazón que de vez en cuando debe estallar en sonido. 





El arte, la más inútil de las inutilidades a los ojos del positivismo, reclama, como si fuera una planta exótica en la humanidad, coyunturas favorables para aclimatarse.





Eternidad en tus brazos...Cielo, infierno, todo, todo en ti y de nuevo en ti...Oh, déjame loco, insano... ¡La común, prudente estrecha realidad, ya no es suficiente por más tiempo, debemos vivir con toda nuestra vivencia, amor, y toda nuestra congoja!

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