Cinco capítulos de esta
nueva serie que se emite en la HBO han bastado para que medio mundo
se haya encandilado con la trama creada por Nic Pizzolatto y la hayan
elevado la categoría de serie de culto. La trama parece sencilla, dos policías
con personalidades antagónicas intentan resolver un caso de un
asesino en serie, pero os aseguro que de sencilla tiene poco. Al parecer cada temporada tendrá su caso propio e
incluso sus propios personajes así que no tendrán nada en común.
En esta primera temporada
los dos protagonistas son Rust Cohle (Matthew McConaughey) y Martin
Hart (Woody Harrelson), que si me lo llegan a decir hace dos años ni
la hubiera visto, pero la transformación que ha sufrido McConaughey ha sido espectacular. La serie trata con dos lineas de tiempo
diferentes y entre estas dos líneas hay 17 años de diferencia.
En el presente, dos
detectives jóvenes investigan el caso de un asesinato que llevaron
Rust y Martin a mediados de los 90 y por ello les hacen reconstruir
(por separado) toda la investigación. Las preguntas sirven de hilo
conductor para explicar paso por paso como trabajaron en aquel caso,
pero no les dicen por qué lo están volviendo a investigar.
17 años atrás, Rust y
Marty son dos detectives de Lousiana e investigan un caso de
asesinato muy extraño que les llevará a los lugares más sórdidos
del Estado. Marty es un padre de familia de lo más normal mientras
que Rust parece que esté loco, experiencias traumáticas en el pasado han hecho
mella en su personalidad y tendrá enfrentamientos con su
compañero.
"Then start asking the fucking questions" |
Las actuaciones son de
primer nivel, pero McConaughey sobresale por encima de los demás y
prácticamente se adueña de la serie. El apartado técnico está muy
bien cuidado y a estas alturas ya os sonará el plano secuencia de
más de 6 minutos al final del cuarto capítulo dirigido por Cary Joji Fukunaga; incluso algunos ya
lo han considerado como el mejor que se ha hecho jamás en la pequeña
pantalla. En mi caso, creo que no parpadeé ni una vez en esos seis
minutos.
Los diálogos hacen que no te quieras perder ni un solo segundo del capítulo, las conversaciones psicológicas y hasta metafísicas te hacen plantearte si Rust Cohle es un genio o un loco más. Posee una gran “opening scene” y la banda sonora de la serie en general está muy bien escogida. En cuanto a la ambientación de True Detective, he de decir que es uno de sus puntos fuertes, nos encontramos en ambientes sombríos y decadentes (inspirados en los cuentos de Lovecraft) que dan la sensación de estar alejado del mundo.
Se ha comparado a True
Detective con Twin Peaks por aquello de que en la serie de Lynch era
“¿Quién mató a Laura Palmer?” y en la de Pizzolatto es “¿Quién
mató a Dora Lange?”, pero más que a la magnífica serie Twin
Peaks, yo diría que su gran inspiración la recoge del cine del
David Fincher, especialmente Se7en; las historias son muy similares y
la perversión y satanismo están presentes en las dos obras.
Es, sin lugar a dudas, la serie del
año.
Sí, con sólo cinco capítulos.
Sí, con sólo cinco capítulos.
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