martes, 23 de septiembre de 2014

Música Romántica II: La Ópera; Escuelas Nacionales

Ópera Romántica

En el romanticismo, todo el mundo quería asistir a la representación de la nueva ópera del momento o escuchar a su cantante favorito. Dicha fama fue ganada gracias a los temas humanos que trataban las obras, generando grandes emociones entre el público. Un buen ejemplo de ello es el Rigoletto de Verdi, que examina la relación padre-hijo.

Las óperas generalmente surgen de la literatura. Los libreteros siempre se han inspirado en grandes historias, como el romance de Dido y Eneas en la Eneida. Pero a partir del siglo XIX se inspiraron concretamente en un conjunto de escritores, mayormente Shakespeare, Walter Scott, Goethe y Schiller, además de las antiguas leyendas y poemas de la edad medieval, que también tuvieron su papel, como en “Los nibelungos” de Wagner.


Wagner fue quizás el compositor de ópera más importante de todos los tiempos, pues reinventó el género (incluso la música en cierta medida) como drama musical, ya que quiso crear una obra que unificara poesía, drama, música, canción y pintura.
En base a esto, es de esperar que los personajes predilectos de Wagner fueran los del héroe, la heroína y la damisela afligida.

Las dos grandes tendencias que surgieron en la ópera romántica fueron:

Verismo o realismo: Fue una tendencia surgida en Italia en el romanticismo tardío que trataba de traer el naturalismo a la ópera.


Bel Canto: Significa canto vello. Es un estilo vocal desarrollado en Italia en el romanticismo temprano con muchas florituras y dificultades para ser ejecutado. No existe una descripción consensuada de lo que significa.


Compositores importantes y su/s mejor/es ópera/s:


Carl Maria von Weber (1786-1826): El Cazador Furtivo
Gioachino Rossini (1792-1868): El Barbero de Sevilla
Gaetano Donizetti (1797-1848): Lucia di Lammermoor
Vincenzo Bellini (1801-1835): Norma
Giuseppe Verdi (1813-1901): Rigoletto, Traviata & Aida
Richard Wagner (1813-1883): Parsifal, El Anillo de los Nibelungos & Tristán e Isolda
Léo Delibes (1836-1891): Lakmé
Georges Bizet (1838-1875): Carmen
Giacomo Puccini (1858-1924): La Bohème & Madame Butterfly
Johann Strauss Jr (1825-1899): El Murciélago

Escuelas Nacionales


Durante el siglo XIX y principios del siglo XX, cuando se formaban los estados modernos, la música de muchos compositores se usó para declarar la identidad nacional.

Desde la época barroca o incluso en épocas anteriores los diferentes países tenían un estilo musical propio, pero llegada esta época los músicos definieron su música según su nacionalidad, diferenciándose de la de otras naciones.

Quizás el mejor ejemplo se encuentre en el caso de Rusia, donde a lo largo de la historia la espléndida música europea fue importada para la aristocracia debido a que en su país predominaba la música popular folclórica. Por ello surgió la necesidad de igualarse culturalmente con Europa y apareció la que quizá sea la escuela nacional más rica.

Veamos algunos ejemplos de Escuelas nacionales Europeas y algunos de sus más reconocidos autores:

Escuela Rusa


Modest Mussorgski (1839-1881): Cuadros de una Exposición
Sergei Rachmaninov (1873-1943): Concierto para Piano No.2 Op.18

Escuela de Europa del Este 


Antonín Dvorák (1841-1904): Sinfonía No.9 Op.95

Escuela Austroalemana


Carl Orff (1895-1982): Carmina Burana

Escuela Escandinava


Edvard Grieg (1843-1907): 2 Suites Peer Gyn
Jean Sibelius (1865-1943): Poema Sinfónico Finlandia, Sinfonía No.5 & Vals Triste

Escuela Británica


Edward Elgar (1857-1934): Concierto para Violonchelo Op.85
Ralph Vaughan Williams (1872-1958): Fantasia sobre un tema de Thomas Tallis

Escuela Francesa 


Camille Saint-Saëns (1835-1921): El Carnaval de los Animales y Danza Macabra
 Claude Debussy (1862-1918):Claro de Luna y Arabescas

Escuela Española


Joaquín Rodrigo (1901-1999): Concierto de Aranjuez

Escuela Estadounidense


Edward MacDowell (1860-1908): Concierto para Piano No.2 & Woodland Sketches



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