miércoles, 17 de septiembre de 2014

Retorno al pasado (Out of the Past, 1947) de Jacques Tourneur



"El jefe de esa banda no fue a vernos porque se creía muy importante; por eso y porque una chica le había herido disparándole cuatro tiros con su propia pistola"



Jeff Bailey (Robert Mitchum) es un antiguo detective que ahora regenta una gasolinera en un tranquilo pueblo de los Estados Unidos. Lleva una vida tranquila y serena y planea casarse con una joven vecina (Virginia Huston). Todo se complica cuando recibe la visita de un viejo conocido que le anuncia que el jefe (Kirk Douglas) quiere verle. A partir de ese momento Jeff tendrá que revivir su turbio pasado.


Si existe un clásico del cine negro cuyo visionado no puede ser eludido para los amantes del género, ese es Retorno al pasado. Dirigido por Jacques Tourneur -cineasta francés mundialmente reconocido por sus colaboraciones con Val Lewton en la RKO, esencialmente en el género de terror y fantástico-, el filme se erige como un perfecto ejemplo de todo lo que compone una obra noir clásica: La femme fatale (una excepcional Jane Greer), el amargo pasado del protagonista que resurge de entre las cenizas, el detective hábil y seguro que comete el único error de dejarse llevar por sus emociones etc.

También los elementos visuales y narrativos constituyen un ejemplo perfecto del género. Desde la espléndida fotografía de Nicholas Musuraca -inolvidable esa silueta de Mitchum que se desplaza por la oscuridad como pez en el agua- hasta la intrincada historia y sus numerosos giros argumentales.


Qué decir de la imponente figura de Robert Mitchum y del trabajo de un reparto en estado de gracia. La conjugación de todos estos elementos es la que acaba por formar el irrepetible clásico del que aquí hablamos. 

Cuando Jeff confiesa ante Ann su turbio pasado, Tourneur hace uso de los flashbacks para acompañarnos en los acontecimientos descritos por el protagonista. Tras ser disparado en múltiples ocasiones por su pareja Kathy y de que ésta huya con sus 40.000 dólares, Whit Sterling contrata a Jeff para que la encuentre y la traiga de nuevo a casa. Tras numerosos viajes Bailey da con ella en Acapulco, pero lejos de cumplir con su trabajo acaba enamorándose de Kathy. A partir de ahí se producen un seguido de giros argumentales entorno a la traicionera mujer y el dinero perdido por Whit.


El trágico final deja numerosas cuestiones por responder, enigmas típicos del cine negro acerca de la voluntad real del protagonista y sobre cuales eran sus verdaderos planes. Como decimos, un clásico ineludible que sin duda es una de las cumbres del cine norteamericano de los cuarenta.






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