jueves, 23 de octubre de 2014

Teatro: El Enfermo Imaginario, de Molière


"Los médicos no son para eso; su misión es recetar y cobrar;
el curarse o no es cuenta del enfermo."

Dentro de los textos teatrales, Molière siempre ha ocupado un lugar especial. Sus comedias tienen un toque sarcástico y absurdo que lo distingue, ya no de los escritores de su nacionalidad y época, sino de cualquier otro gran maestro del género. Ésta que nos ocupa hoy, la última que llegó a escribir el imaginativo Jean Baptiste Poquelin -nombre real del autor-, es quizás la más estimada por los lectores junto a su Tartufo.

El enfermo imaginario se concibió para el formato de obra-ballet con varios intermedios musicales: uno como preludio y otro al final de cada acto, ocupando estos prácticamente la mitad del escrito. 

Fragmento de la música compuesta por M.A. Charpentier para la representación de la obra.

El argumento principal de la obra consiste en una denuncia de la incompetencia e ignorancia de los médicos, cuestión que ya abordó Molière en "El médico a palos" así como en muchos otros escritos. Se ha de decir - a modo de contextualización explicativa- que en el Siglo XVII los médicos tenían pocos remedios científicamente testeados y que las sangrías estaban todavía a la orden del día, hecho que explica la beligerancia del escritor parisino respecto a dicho colectivo. Afortunadamente, hoy podemos tener más confianza en la medicina (o no).

El protagonista de El enfermo imaginario es un hipocondríaco que cree estar enfermo terminal cuando lo que tiene es una salud de hierro. Además es atendido por un médico incompetente que no hace más que recetarle remedios completamente inútiles para males que son inexistentes. Nuestro protagonista tiene una hija a la que quiere casar con un médico para asegurarse un buen tratamiento de forma perpetua. El problema es que ella se niega a casarse por conveniencia ya que está enamorada. Toda la acción descrita transcurre en París a finales del siglo XVII.


¿Detestan a los médicos? ¿Tienen algo en contra de ellos? Esta es su comedia, no lo duden. Un clásico de la literatura francesa que quizá no sea tan conocido como la obra de Víctor Hugo pero que tiene un valor histórico perfectamente equiparable a ésta.



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