Joseph Francis "Buster" Keaton nació en Piqua, Kansas, el 4 de Octubre de 1895 y falleció en Woodland Hills (Los Ángeles), California, el 1 de Febrero de 1966. A lo largo de estos años, dirigió y protagonizó un buen número de obras maestras que le encumbraron como uno de los grandes cómicos del cine mudo, así como en uno de los cineastas más influyentes de todos los tiempos.
Keaton nació en el seno de una familia dedicada al espectáculo, por lo que a los tres años de edad empezó a formar parte de la compañía teatral de sus padres, que pasó a denominarse "The three Keatons". Estos espectáculos de vodevil con los que Buster viajó por toda América y Gran Bretaña eran conocidos por ser los más violentos del país. El señor Keaton no dudaba en lanzar al pobre niño al foso de la orquestra o a usarlo como escoba humana. La crueldad del show hacia su joven estrella trajo numerosos problemas a la familia con la Sociedad Neoyorquina de Protección a la Infancia.
Antes de proseguir, cabe apuntar la anécdota que explica el sobrenombre con el que es conocido este director (Buster). Al parecer, un buen día, tras verle caer de una escalera sin hacerse un solo rasguño, el famoso escapista Harry Houdini -colaborador en aquella época del señor Keaton- exclamó ante su asombro: "That was a real buster". Legando para siempre ese sobrenombre a Joseph Francis.
Y es que fue en esos años de vodevil en los que Keaton forjó su prodigioso físico y su enorme prestigio como comediante. En 1917 Buster abandonó la compañía familiar y, tras un breve periodo de tiempo en los teatros, se introdujo en el mundo del cine de la mano del maestro del slapstick Roscoe "Fatty" Arbuckle. La sociedad que forman los dos genios de la comedia se traduce en un seguido de cortometrajes mediante los cuales Keaton aprende la técnica cinematográfica y crea el estoico personaje que le acompañará durante toda su trayectoria y del que hablaremos en una futura entrada.
En 1920, los problemas con la justicia de Arbuckle obligan a Keaton a "independizarse" creativamente, hecho que le lleva a asociarse con el famoso productor de Hollywood Joseph Schenck. Este hombre jugó un papel decisivo en la carrera de Keaton, pues, consciente de su talento y enorme creatividad, le proporcionó los mayores presupuestos de la época, ofreciéndole cheques en blanco producción tras producción que permitieron al cineasta desarrollar todas sus ideas por caras que estas resultaran. Esto que explicamos se ejemplifica en la famosa frase que pronunció Schenck en referencia a Keaton: "Si existe algún modo de hacer una película cara, Buster lo encontrará".
Entre 1920 y 1928 Keaton trabajó en su propia productora, filmando hasta 19 cortometrajes y 9 largos en los que ejercía de productor, director, guionista y actor principal. Es en esta etapa donde todo el talento de Buster delante y tras las cámaras vio la luz. A través de las aventuras de su personaje, quien se enfrentaba imperturbable a su destino, Keaton desarrolló un estilo espontáneo pero a su vez calculado, contraponiendo lo clásico con lo vanguardista amén de un perfeccionismo casi matemático. En su cine se puede apreciar cómo utilizó todos los avances técnicos y lingüísticos que se fueren produciendo en los años 20, creando un cine moderno y único que sigue vigente noventa años después. Debemos comentar también el uso que realizó de los más avanzados efectos especiales de la época, sin que estos eclipsaran la trama de ninguna de sus películas. En estos años, Buster colaboró con muchos otros directores, entre los cuales cabe destacar a Edward F. Cline.
Pero no todo era tan bonito y perfecto como pueda parecer ahora, el éxito de otros genios de la comedia muda estadounidense como Charles Chaplin o Harold Lloyd eclipsó el del propio Keaton. Los fracasos en taquilla se sucedieron y la MGM adquirió la productora de un Keaton que desde ese momento perdió toda libertad creativa. Estos hechos, la llegada del cine sonoro y sus problemas matrimoniales le acabaron llevando al alcoholismo y su figura cayó en el olvido durante años.
Una vez superada su adicción y tras recuperar el control de su propia vida, Keaton participó en algunos filmes de directores de fama y categoría como Billy Wilder o el propio Chaplin. Sus labores de guionista cómico durante décadas le hizo ganar cierta reputación en el sector televisivo, donde volvería al estrellato en los años 50. Su recientemente recuperada popularidad permitió a muchos críticos e historiadores reivindicar la figura del Keaton cineasta, hasta el punto de que hoy es considerado unánimemente como uno de los más grandes e influyentes directores de la historia.
Entre los reconocimientos que cosechó Keaton antes de su muerte se encuentra un Oscar honorífico (1959) a toda una trayectoria. A los 70 años de edad falleció víctima de un cáncer. Por fortuna, su legado cinematográfico estará siempre con nosotros.
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